“Permíteme que insista” es una frase que suena un tanto rara en un entorno con conceptos como ciclos de vida cortísimos, compras de impulso, lean start up o ROI instantáneo. Tal parece que la paciencia es cosa del pasado, sin embargo la realidad tozuda se empeña en mostrarnos lo contrario. Las empresas que sobreviven son empresas más ágiles, cierto, pero también son empresas que han sabido esperar e insistir. Por supuesto, sin confundir insistir con ser tozudo o pesado.
Imagen por Frits Ahlefeldt-Laurvig en Flickr
Insistir porque, como comentaba en el artículo anterior sobre la marca personal, y en esto creo que todos coincidimos, la confianza (el famoso engagement) requiere tiempo para ser generada.
Insistir porque, en un entorno comercial caracterizado por la falta de fidelidad y en la que es el consumidor el que elige, es curioso que sea precisamente la confianza la que actúe, en una amplia mayoría de casos, como elemento catalizador de la elección.
Insistir porque como comentan en un interesante artículo los amigos de MOZ sus conversiones necesitaban entre 7 y 8 contactos con la marca para llegar a producirse. Carlos Bravo incrementa esta cifra hasta los 10 o 20 y llega a plantear que el embudo de conversión ha pasado a mejor vida.
Personalmente no creo que el embudo de conversión que tan bien ilustra Tristán Elósegui esté dejando de tener validez, ya que cada tipo de solución que propongamos y cada mercado necesitarán de diferentes técnicas de venta.
Pero lo que sí es común a todos los casos de éxito (bueno, para el 90 por ciento) es que, independientemente de que se basen en el embudo de conversión, en el consumer decision journey, en una combinación de ambos o en una estrategia propia, es que han sabido insistir y corregir (tampoco es cuestión de repetir los mismos errores una y otra vez) y es en esto en lo que me quiero centrar hoy.
Sí, es cierto que hay circunstancias que pueden obligarnos a abandonar antes de lo que quisiéramos, pero sí que te pido que si has hecho un buen estudio previo, que si tienes fe en tu proyecto y que si tienes la más mínima posibilidad sigas adelante.
Y esto se aplica también a tu trabajo en Social Media. Es cierto que siempre existe la posibilidad de dar un “pelotazo” y crear un contenido viral que llegue hasta el último rincón del planeta, sin embargo lo que va a hacer que tu estrategia dé resultados es tu decisión de insistir, de ofrecer una buena solución y de aprender a generar esa confianza que hará que tus pedidos lleguen.
Porque es bueno recordar que, como suele decirse, es mucho mejor una mala estrategia bien implementada que una estrategia perfecta mal ejecutada.
Así que nunca te rindas y ante cada contratiempo recuerda la famosa frase de nuestro conocido Matías Prats: “permíteme que insista“. La solución puede estar a la vuelta de la esquina.
Nos vemos.
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