No es raro asociar el llanto de un bebé o de un niño con una molestia en el mundo adulto, lo cierto es que este modo de expresión es sumamente sano y natural que esta presente en todos los seres humanos, pero que la persona va reprimiendo a medida que crece por sistemas sociales y creencias culturales que supúestamente no le permiten expresar sus emociones tal como las siente, el niño en cambio es capaz de manifestarse en cualquier momento y liberar asi su angustia, enojo, dolor, etc..
Es por esto que es sumamente necesario que el llanto del pequeño no sea reprimido, muy por el contrario los padres deben permitir el llanto del niño, primeramente porque es su principal modo de comunicación al comienzo de su vida, antes de aprender a expresarse por otros medios, y en segundo término porque es el modo en el que al ir creciendo se va conectando con sus sentimientos y estimulos externos.
Hacia la edad de los 5 o 6 años y a partir de entonces los niños pueden volverse sumamente sensibles a diferentes causas, como la humillación, los reproches, las negaciones o frustraciones, dado que es un momento clave en su desarrollo, en el que poco a poco va saliendo de su egocentrismo y aprendiendo a enfrentarse con las exigencias de la vida diaria. En este momento del crecimiento el niño llorará casi a diario, ante cualquier situación que les proponga un malestar, ya sea a nivel físico o social, en la relación con sus hermanos, padres o hermanos, fuertes fuentes de roces y disgustos.
Hay que tener en cuenta que el hecho de permitir el llanto del niño no representa que no haya que consolarlo para que se calme, sino que la clave esta en no impedirle que experimente sus emociones a traves de la liberación del llanto, dado que de otra forma esos sentimientos pueden despuntar de modos inapropiados, pudiendo somatizar y manifestandose enfermedades o problemas de conducta, como depresión o introversión.
Hay que permitir el llanto del niño de una manera completamente natural, el momento del desahogo del pequeño no debe tomarse como algo extraño o molesto, por mas que lo sea, el secreto esta en no hacerselo notar, ni retarlo o reprocharselo. Un niño que sienta libertad en manifestar su disgusto, tristeza o frustración mediante las lágrimas sera un niño sumamente más liviano en cuestiones emotivas, cosa que le posibilitará estar mas abierto a conocerse y tratar de interpretar las sensaciones de los otros.
Vía | Crecebebe
Foto | Chefranden de Flickr
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Permitir el llanto del niño