El ejercicio que aquí te propongo para perros inseguros o con miedos a ruidos debe verse como parte de un trabajo global y más ámplio. Un trabajo que debe abarcar diferentes ámbitos, tanto en el momento en que se produce el problema como en el resto del tiempo en su vida cotidiana, para empoderarle y darle recursos para gestionar mejor esas emociones que lleven a tener un perro más seguro de sí mismo. Las cacerolas y las tapas metálicas nos pueden ayudar. ¿Cómo?
La mayoría de los casos de perros con miedos a ruidos repentinos se deben a la falta de referencialidad. Es decir, el perro no es capaz de saber de dónde viene el ruido y eso le hace tener una sobrereacción realizando conductas de huída o escape, en muchas ocasiones llegando a la emoción de pánico. Una forma de que el perro empiece a gestionar mejor esas emociones es darle esa referencialidad al ruido y que se empodere de él, y ahí es donde entran las cacerolas y las tapas metálicas.
En el vídeo verás un primer nivel de dificultad: se trata de, en un lugar seguro y tranquilo para el perro como puede ser su hogar, poner en el suelo una o varias cacerolas metálicas encima de sus tapas y esparcir comida apetitosa alrededor y dentro de la cacerola o cacerolas. Animar al perro a que se vaya acercando a los trozos de comida a su ritmo junto con nuestro apoyo social (esto es importante: el apoyo social o el andamiaje social por parte de sus seres queridos le sostiene y le ayuda a enfrentarse al reto emocional). Cuando el perro quiera comer los trozos de dentro de la cacerola, ésta se deslizará por el balanceo de la tapa metálica creando ruido. Lo normal es que el perro dé un respingo pero que luego siga intentando comer la comida esparcida o la de dentro de la cacerola. En las siguientes ocasiones se debe ir notando que intenta comer de la cacerola con más cuidado para no provocar el ruido y/o el movimiento de ésta. Es en este momento cuando el perro está empezando a empoderarse del ruido sabiendo que es él el que lo provoca para conseguir la comida, lo que hace que tenga un sentimiento de control de la situación gestionando mejor su inseguridad o miedo.
Un segundo nivel de dificultad sería poner las tapaderas encima de las cacerolas con hueco suficiente para que el perro meta el morro para coger la comida de dentro y, al hacer esto, las tapaderas se caigan creando ruido.
Como he dicho al principio, este es uno de muchos otros ejercicios dentro de un trabajo global para perros inseguros o con miedos a ruidos. Si tienes un perro con este problema, ponte en contacto con un profesional especialista en gestión del comportamiento canino que te pueda ayudar.
Si estás en Bizkaia (España), puedes contactar conmigo para una visita de evaluación a través de este blog o búscame en Redes Sociales como DOGGUAU_BILBAO.
Enlace al vídeo 👉 Dama aprendiendo a gestionar el ruido y el movimiento
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