Revista Economía
En comentario al post anterior, un escasamente amable lector que se firma Barcino (que ya es un alias ¡pardiez!) me acusa de no admirar a nadie. Se equivoca. Sucede que como verán en mi respuesta a esa falsa imputación, soy persona que solo admira a gente honesta, que haya hecho algo positivo por sus semejantes y que además no sea ni un engreído ni un hipócrita. En realidad la lista de mis admirados y admiradas es larga y extensa, pues el género humano ofrece un buen puñado de personas que reúnen esas tres condiciones con largueza. Les cito algunos a continuación. Personajes históricos de la Antigüedad: Julio César, Sertorio, Espartaco, Jesus ben Joseph. Artistas plásticos: Francisco de Goya, Rembrandt, Van Gogh, Edward Hopper, Miquel Barceló. Escritores: Miguel de Cervantes, Alejo Carpentier, Ramón J. Sender, Gabriel García Márquez, Antonio Machado, Ángel González, Heinrich Böll. Científicos: Louis Pasteur, Charles Darwin, Marie Courie, Bernat Soria, Mariano Barbacid. Pensadores, políticos, sindicalistas... clásicos: Saint Just, Karl Marx, Pablo Iglesias, Jaime Vera, Rosa Luxemburg, Manuel Llaneza. Ídem contemporáneos: Manuel Azaña, Juan Negrín, Joaquim Maurín, Fernando Claudín, Felipe González, Jorge Semprún, Pere Casaldàliga, Oskar Lafontaine. Militares: general Boves llamado "el Urogallo", general William Tecumseh Sherman, general Hernández Saravia, general Vicente Rojo, general Felipe Díaz-Sandino, general Philippe Leclerc, coronel Omar Torrijos. Historiadores: Manuel Tuñón de Lara, Pierre Vilar, Eric J. Hobsbawm, Ángel Viñas, Paul Preston.
Son solo unos ejemplos a vuelapluma, como digo. Si quieren, pueden añadir los suyos.
En la fotografía que ilustra el post, el presidente de la República Española, don Manuel Azaña (con abrigo oscuro y sombrero) y el presidente del Consejo de Ministros, Juan Negrín (con gabardina clara) caminan por el frente, acompañados por varios personajes: el paisano de elegante abrigo que va detrás de Negrín podría ser Cipriano Rivas, cuñado de Azaña; el militar delgado que camina delante de Azaña y de Negrín seguramente es Hernández Saravia, y quien abre la marcha es posiblemente el general Pozas.