Revista Cultura y Ocio

Personas y papeles

Publicado el 09 febrero 2018 por Molinos @molinos1282

Personas y papeles

Dan Gluibizzi

Cuando conocemos a alguien es siempre un papel en blanco, incluso nuestros hijos son así, un folio limpio, impoluto, en el que están todas las posibilidades y ninguna. Hay gente que sin embargo se convierte rápidamente en papel de envolver, precioso a la vista pero con una utilidad limitada. No hay que menospreciar la belleza, algunas de esas personas envoltorio son tan preciosas que, a veces, te preguntas cómo sería ser como ellos. Otros, muchos, parecen bonitos pero son como el papel de los chinos, su hermosura dura poco, es impostada, de mentira y se rompe enseguida. Hay gente en la que te quedarías a vivir solo para poder contemplarla cada día, son el elegante papel pintado que recubre algunas paredes o, a veces, habitaciones enteras y que siempre te hacen preguntarte cómo de seguro hay que estar para decorar una pared con un papel lleno de mariposas, violines o palmeras. 
Hay gente que es como el brillante papel de una chocolatina, atractivo por fuera, son un poderoso reclamo por su promesa de placeres futuros al descubrir lo que habrá dentro pero al abrirlos  dentro solo se reflejan a sí mismos, porque son como un espejo. Otros son como las guirnaldas recortables, parecen divertidos pero rápidamente su ingenio se revela como algo repetitivo y sin sorpresas. Algunas personas son como post it, siempre te recuerdan algo. Otros son como la servilleta llena de dibujos, frases y monigotes. Un torrente imparable de ideas y planes que después no van a ninguna parte porque se pierden, se olvidan o quedan arrinconados en el fondo de un bolsillo. Otros son como los kleenex usados llenos de mocos y lágrimas que llevas en la manga, en lo más profundo de tus bolsillos o en ese compartimento con cremallera de los bolsos en el que solo guardas las cosas que no quieres perder y necesitas encontrar. 
A veces, por sorpresa, me asalta una frase intercambiada en una conversación y descubro que, quizás, el sentido que yo le había dado en su momento no es el correcto, que puede tener otro sentido. Desdoblo entonces esa frase y a la persona que me la dijo y descubro al doblar la esquina de su sentido que estoy en un callejón sin salida. Hay gente que es así, como un papel doblado, descubres que tienen mil dobleces y te inquieta sentir que hay algo detrás de cada pliegue que no puedes anticipar. Algunos, pocos, tras sus dobleces esconden una obra maestra de la papiroflexia, y cuando terminas de conocerlos descubres una rana, un pez o la flor más preciosa que hayas visto jamás. Son ese tipo de gente que siempre te hace descubrir realidades diferentes, gente que te enseña, que hace que te interesen cosas que ni siquiera que existían. Son el tipo de personas que te empujan a querer parecerte a ellos, quieres aprender a ser como ellos, a hacer papiroflexia, sabiendo desde el primer momento que nunca serás una rana, que como mucho lograrás ser un avión medio decente. Pero los dobleces no llevan siempre a la admiración, a veces son solo arrugas que esconden en sus pliegues lo peor de la especie humana: mugre, arena, restos de ketchup o de caca que una vez estuvieron pegados a tus dedos y de los que intentas librarte. La gente arrugada se te pega a los dedos, se esconde, se agazapa en tus bolsillos y en tu bolso para asaltarte por sorpresa. Es complicado librarse de ellos, lleva su tiempo. Aunque te olvides de ellos, aunque los laves en la lavadora, reaparecerán en forma de migas descompuestas pero que identificarás en un instante recordándotelas. 
Algunas personas son como una página de cuaderno cubierta de escritura menuda de principio a fin, en una especie de horror vacui, gente que sabe cosas, con experiencia, con criterio,  a las que recurrir para resolver un problema. Hay otros que son como papel de embalar, fuertes, rectas, resistentes, te protegen y te aislan cuando tienes miedo, cuando estás asustado o simplemente sobrepasado. Hay otros que son plástico de burbujas, te protegen y además consiguen que te rías cuando más abrumado estás, cuando lloras de tristeza absoluta o de desesperación. Y hay gente papel de sucio, te falló en su día, ya no te sirven, las superaste pero si lo piensas bien algo de lo que pasaste con ellos, su cara en blanco quizás te sirva en un futuro, quién sabe si para escribir un post sobre personas y papeles. 

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