A pesar de la recomendación de que los pacientes con enfermedad renal eviten los antiinflamatorios no esteroides (AINE), un estudio sugiere que deberían utilizar esos analgésicos más que otras personas.
Los autores hallaron que, entre más de 12.000 participantes de una encuesta nacional de salud, los estadounidenses con enfermedad renal moderada a grave eran más propensos a tomar AINE.
De hecho, lo hacía el 5 por ciento, comparado con el 2,5 por ciento de los adultos con riñones sanos y el 2,5 por ciento de los pacientes con enfermedad renal leve. Dos tercios de los usuarios de AINE con enfermedad renal muy grave habían tomado los analgésicos durante por lo menos un año.
Los AINE incluyen fármacos de uso común, como el naproxeno (Aleve, Naprosyn), el ibuprofeno (Motrin, Advil), el diclofenac (Voltaren), la aspirina y el medicamento para la artritis de venta bajo receta llamado celecoxib (Celebrex).
En algunos casos, los AINE habían sido recetados (el 10 por ciento de las veces entre los usuarios con enfermedad renal moderada a grave).
Las personas con enfermedad renal tienden a tener otros problemas de salud, como enfermedades artríticas dolorosas. De modo que en algunos casos, los médicos habían comparado los riesgos de indicar AINE con los beneficios (aliviar el dolor) y decidieron recetar el fármaco, según opinó la autora principal Laura Plantinga, de Emory University, Atlanta.
En otros casos, los pacientes con enfermedad renal habrían ignorado la recomendación de evitar tomar AINE.
Lo importante para todos ellos es saber que todos los medicamentos tienen riesgos y que siempre es buena idea conversar con el médico antes de tomarlos, agregó la autora.
Los resultados, publicados en Annals of Family Medicine, surgen de información de 12.056 adultos de Estados Unidos que habían participado en un estudio nacional a quienes se les habían realizado análisis de sangre y orina para determinar su función renal.
Los encuestados habían respondido sobre el uso de medicamentos.
El 9 por ciento tenía enfermedad renal leve y el 11 por ciento, moderada a grave. Y casi el 96 por ciento de los participantes con enfermedad renal leve, lo ignoraba, como casi el 90 por ciento del grupo con disfunción renal moderada a grave.
Eso es algo muy común, dijo Plantinga, porque la enfermedad renal no suele dar síntomas hasta que está avanzada, cuando problemas como fatiga, micciones frecuentes, pérdida del apetito, oscurecimiento de la piel e inflamación de las manos y los pies.
Aun así, el uso de los AINE era muy frecuente en los que conocían que tenían enfermedad renal. El 4 por ciento estaba tomando un AINE, como así también el 4 por ciento de los que ignoraban su problema renal.
Las causas más comunes de enfermedad renal crónica son la hipertensión y la diabetes. Las personas con esas enfermedades deberían controlar la función renal periódicamente.
Fuente: ALCER
Ana Hidalgo