Revista Historia

“Pétalos”: la tragedia de Las Trece Rosas hecha canción

Por Alberto C. Molina

De los anales de la Historia pasaron a las páginas del libro de Carlos López Fonseca en 2004 (Trece Rosas Rojas). De ahí, a las pantallas de cine en 2007 de la mano de Emilio Martínez Lázaro (Las 13 Rosas). Y dos años después, al listado de un disco (La tierra está sorda) por obra y gracia de Barricada…

Lentamente el tiempo salda la deuda contraída un fatídico 5 de agosto de 1939, junto a la tapia del cementerio de La Almudena, con aquellas jóvenes asesinadas por pensar diferente. Muchos fueron los represaliados del franquismo que acabaron sus días frente a un pelotón de fusilamiento, tanto durante como después de la Guerra Civil que asoló España. Pero a diferencia de la gran mayoría, las muertes de Carmen, Martina, Blanca, Pilar, Julia, Adelina, Elena, VirtudesAna, Joaquina, Dionisia, Victoria y Luisa se convirtieron en un símbolo de resistencia que sobrevivió generación tras generación más allá de cualquier dictadura. Y así lo recogen cuatro  viejos rockeros en Pétalos, undécimo tema y segundo single de su último trabajo de estudio:

“Ya no se puede su lucha olvidar

porque sus nombres recorren el tiempo”

Podríais haber leído unas líneas sobre esta misma canción hace muy poco en BarriK.O. porque también fue tocada en aquella ocasión. Pero si no lo hicisteis se debió a que su significación merecía otro tipo de post.  “El Drogas” comentó acerca de ella que, a pesar de estar dedicada a Las Trece Rosas en particular, también se trataba de un reconocimiento a todas las mujeres víctimas de vejaciones y humillaciones durante esa época. Mujeres que por el hecho de serlo ni siquiera eran consideradas como presas políticas.

Aunque parezca increíble no han logrado transmitir toda esa emotividad mediante una balada, sino a base de atronadores riffs y a través del videoclip que tenéis ahí arriba. Realizado por Manolo Gil y disponible en  Vimeo.com  desde febrero de 2010, en él aparece la banda tocando en  el Fuerte de San Cristóbal, una fortaleza militar contruida en el monte Ezcaba de Navarra a los cuales ya hemos aludido en alguna ocasión. Ese es su homenaje, y este ha sido el nuestro, a unos nombres que continuarán recorriendo el tiempo.

 

Cómo duele Madrid esta noche, como lloran las estrellas
Cómo la lluvia se hace sangre, en la prisión de las Ventas
Cómo en la tapia del cementerio las balas dejan su huella
Cómo los actos de venganza hacen la noche más espesa
Ya no se puede su aroma cortar porque los pétalos besaron el viento
Ya no se puede su lucha olvidar porque sus nombres recorren el tiempo

Cómo muere Madrid estos años enterrada en el olvido
Cómo hubo que tragar ocultando lo vivido
Cómo jugaban a cazadores Franco y sus asesinos
Cómo un camión destartalao las llevó a su destino
Ya no se puede su aroma cortar porque los pétalos besaron el viento
Ya no se puede su lucha olvidar porque sus nombres recorren el tiempo

Sólo se escuchaban respiraciones aceleradas
y el caminar marcial de quienes las custodiaban
Ruido metálico de fusiles y correajes
y el corazón desbocado desde el pecho hasta las sienes
Orden de detenerse y de repente darse cuenta
que ya no hay abrazo de despedida
Morirán solas, a escasa distancia de las fosas que las van a cobijar

Ya no se puede su aroma cortar porque los pétalos besaron el viento
Ya no se puede su lucha olvidar porque sus nombres recorren el tiempo
Ya no se puede su aroma cortar porque los pétalos besaron el viento
Ya no se puede su lucha olvidar porque sus nombres recorren el tiempo


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