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‘Phillip Morris ¡te quiero!’ – Una de las mayores sorpresas del año

Publicado el 13 agosto 2010 por Cinefagos

‘Phillip Morris ¡te quiero!’ – Una de las mayores sorpresas del año

Es muy curiosa la historia de esta película. Y no me refiero al argumento o al guión, que luego comentaré, sino a los problemas que tuvo para poder estrenarse en nuestro país (y en el resto del mundo). Yo sabía que no consiguió distribuirse en Estados Unidos por su carácter homosexual, pero me informé un poco más y el temita se las trae… En resumen, los estudios de mercado dicen que los estadounidenses no aceptan que Jim Carrey y Ewan McGregor protagonicen una película de gays si no se trata de una broma o un drama social (y curiosamente, según los datos, sucede así con todas las películas gays desde siempre; como dato, la exitosísima ‘Brokeback Mountain’ -respaldada por los Oscar-, recaudó 83 millones de dólares, cifra ridícula al lado de los 120 millones de ‘Os declaro marido y marido’, que parodia este tema tabú, por ejemplo).

Y antes de empezar con la reseña, ahí va otro apunte: La película está estigmatizada por su homosexualidad (solo hay que fijarse en el rastrero, vergonzoso e insultante tráiler que han hecho de la película para intentar ocultarla), pero lo gracioso del asunto es que en ‘Phillip Morris ¡te quiero!’ la homosexualidad es algo totalmente irrelevante. Sencillamente es una película de amor.

La mejor película de amor de lo que va de año.

‘Phillip Morris ¡te quiero!’ – Una de las mayores sorpresas del año

‘Phillip Morris ¡te quiero!’ – Una de las mayores sorpresas del año

El film empieza como otra película más proveniente del Hollywood independiente, con algunos toques de originalidad, eso sí. Jim Carrey actúa de forma contenida y su personaje es sobrio pero encantador. Steven Rusell (Carrey) es un hombre sencillo, con una mujer llamada Debbie (Leslie Mann) y una hija, que practica de forma excelsa el cristianismo y que trabaja como miembro de la policía local de su pueblo. De repente, de forma fulminante, un curioso golpe de cámara da un vuelco completo a la historia y convierte al protagonista en todo lo contrario a lo esperado y al guión en algo tan extraño que hace que queramos saber qué demonios va a pasar al final con todo esto (y lo más importante: si nos va a llevar a algún lado). Otro impactante golpe  (esta vez el de un coche) hace que el protagonista  se replantee por completo toda su vida (toda la película que habíamos visto antes) y la abandone totalmente para convertirse en UNA GRAN MARICONA.

Tras este nuevo vuelco, el espectador se siente desorientado y envuelto en un confuso juego de géneros (drama, comedia negra, amor…). Para algunos críticos, un error de vulto; para mí, un arriesgado mecanismo que no hace otra cosa que ponernos adrede en la piel del protagonista para vivir su punto de vista caótico y descontrolado (y a la vez emocionante).

‘Phillip Morris ¡te quiero!’ – Una de las mayores sorpresas del año

‘Phillip Morris ¡te quiero!’ – Una de las mayores sorpresas del año

Nadie puede negar que Jim Carrey es uno de los actores más arriesgados del cine comercial. Cada papel que realiza es un intento (no siempre acertado) de superación y de búsqueda de nuevos caminos en su faceta interpretativa; pese a eso, Carrey tiene un estigma que le acompañará durante toda su vida (si no lo remedia pronto) y es que es uno de los actores más encasillados de Hollywood (injustamente ya desde sus inicios como cómico).

Muchos son los que lo critican, y algunos opinan que no sabe hacer ninguna otra cosa más que poner muecas y reírse. ‘La mascara’, ‘El show de Truman’, ‘Man on the moon’, ‘Yo, yo mismo e Irene’, ‘The majestic’, ‘Olvídate de mí’, ‘El número 23′ o ‘Phillip Morris ¡te quiero!’ me parecen suficientes razones para darle un voto de confianza (y también algo más). Aún así, siempre será un actor incomprendido por muchos (aún recuerdo el año en que ganó el Globo de Oro a mejor actor y ni siquiera estuvo nominado al Oscar).

En esta película Carrey hace uno de los papeles más difíciles de su carrera y, me atrevo a decir, uno de los mejores de su vida. Es el Carrey más romántico y enamoradizo, más dramático y triste, más perdido y desamparado, mucho más humano y, sobre todo, mucho más maduro. Aún así, conserva su característico toque de humor para todas las escenas de humor ácido (que no son pocas).

‘Phillip Morris ¡te quiero!’ – Una de las mayores sorpresas del año

‘Phillip Morris ¡te quiero!’ – Una de las mayores sorpresas del año

Y no es justo tirar flores al trabajo del actor canadiense sin nombrar al otro protagonista del film: Ewan McGregor (Phillip Morris). Si el trabajo de Jim Carrey es magistral, el de Ewan es demoledor. Hacía tiempo que un actor no me sorprendía tanto (dejando de lado a Leonardo DiCaprio). Lo mejor de la película, sin duda, el trabajo de este tándem, que consiguen mantenernos pegados a la butaca incluso cuando la película pierde ritmo.

‘Phillip Morris ¡te quiero!’ – Una de las mayores sorpresas del año

‘Phillip Morris ¡te quiero!’ – Una de las mayores sorpresas del año

Y es que ese es el único fallo de la película: el ritmo. Sube y baja constantemente… Y es normal. Es una gran historia que abarca tantos años de la vida de los protagonistas, tantos temas, tantos géneros diferentes, tantas sorpresas… Un fallo aceptable, y no por que sus dos directores sean principiantes (que por cierto, hacen un genial trabajo de dirección artística), sino porque todo lo que rodea esta extraña película es fascinante.

La búsqueda del auténtico amor verdadero y de la felicidad compartida es el principal tema de la película, que aparece en la más dura y mejor parte: el final. Es ahí cuando nos damos cuenta de que el guión está basado en hechos reales (pero todo había sido un juego engañoso en el que nada parece lo que es, y en el que la imaginación y la libertad prevalecen antes que lo real -simbolizado en la última escena en la que aparece Jim Carrey-).

Ewan McGregor sonriendo hacia nosotros en cámara lenta. El plano más bonito, que además cierra la película, y que representa la fugacidad de la vida y del amor, la belleza de cada momento y, sobretodo, la nostalgia. Y ese es el sentimiento que nos queda tras ver esta gran película de amor. Una de las películas más inteligentes, maduras, bonitas y con más alma de los últimos años.

Con sus fallos y errores, totalmente recomendable. Una joya única.

‘Phillip Morris ¡te quiero!’ – Una de las mayores sorpresas del año


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