Phorusrhacus es el prototipo de forusrácido, con un cráneo enorme dotado de un fuerte pico, y anas patas muy potentes. No hace falta decir que este animal, a pesar de ser un ave, no podía volar, pues sus alas se habían quedado muy pequeñas en relación a su tamaño. Esta es una de las pocas aves que dominó su hábitat durante algún tiempo, ya que vivió durante el Mioceno inferior y el medio. Ya al principio del Cuaternario, los forusrácidos se extinguieron por la llegada a Sudamérica del Smilodon, más conocido como “Dientes de Sable”.
La carroña sería un alimento adecuado para el Phorusrhacus, ya que su pico era capaz de romper huesos y arrancar buenos bocados de carne. De esto no podemos evidenciar que fuera exclusivamente carroñero, ya que seguramente alcanzaría una velocidad muy interesante, y seguro que era capaz de matar a pequeñas presas como mamíferos y aves de menos tamaño con su polivalente pico. Las garras de sus patas también podrían haber ayudado a la caza, y su cuerpo emplumado le daría un aspecto soberbio, realmente alentador.
