A Josiño.
En inscripciones desleídas
juegan los apellidos a repetirse
roída piedra de la desdicha
piedra sobre piedra
sobre piedra
la cuarta parte de la carga
vencía el hombro de tu hermano, sentí
sus pies
vacilar en las losas apretadas
deslumbre de febrero
en el aire del desinvierno
y campanadas magnetofónicas
que el bronce en la espadaña detenido
escucha
el albañil cerró el hueco
con ladrillos
y fue a buscar agua
para hacer un poco más de masa
con el último fulgor sobre la ría
los saludos se alinearon
junto a la fachada que conserva
los capiteles
el arco románico
el vano en el que tras cegarlo
alguien abrió una estrecha ventana
con celosía de PVC
siempre hay heterodoxia en la labor que funda
como la amistad en ciertos trances
como el cimiento aéreo de tu labranza
que es raíz
amanecida y sostén de los presentes
y hace la fábrica morada común y lugar cierto
fuiste el primero en ofrecer el pecho
al hilván del desamparo
acogiste las palmadas
los abrazos
la conversación de nuevo intrascendente
como si debieras consolarnos tú a nosotros
nos contaste que la despedida fue
la que ella quiso
roída piedra de la desdicha
piedra sobre piedra
sobre piedra
a nuestro lado
caminando por las lápidas
vi pasar un hombre viejo
a punto de ser niño.