Revista Belleza

Pieles Megaretocadas: El Efecto "Lladró" En Instagram

Por Mariola Azores De Bustarviejo @MariolaAzores
Pieles Megaretocadas: Efecto
Todo el mundo en Instagram tiene piel de figura de porcelana. Como dice una amiga mía "es el efecto Lladró". Sonríes porque sabes muy bien a lo que me refiero: al uso excesivo de las aplicaciones para retocar fotos que transforman a quienes abusan de ellas en seres irreales con pieles que no son de este mundo. En replicantes de sí mismos ultramejorados vía photoshop.
Efecto Lladró: ¿Seguro Que Esa Es La Piel Que Habitas?
A todos nos gusta vernos bien en las fotos. Así que cuando podemos mejorarlas, lo hacemos. Yo lo hago, y es probable que tú que me estás leyendo también.
Pero el efecto Lladró es otro nivel:
Hablamos de esas pieles impecables, inmaculadas, de una perfección tan absoluta que ni siquiera en un bebé has visto jamás nada igual.
De esos ojos agrandados y almendrados.
Sin rastro de bolsas u ojeras.
Mejorados también su brillo y su color a golpe de retoque.
Pieles Megaretocadas: Efecto
No Sin Mi Retoque (Pero Viva La Naturalidad)
¿A menudo te encuentras en las redes sociales con que personas que defienden la naturalidad como ideal de belleza tienen por costumbre sin embargo subir fotos megaretocadas de sí mismas?
¿Que incluso a veces acompañan dichas fotos de un texto pseudofilosófico que pretende fortalecer la autoestima de sus seguidores?

Textos que les dicen que se quieran a sí mismos tal y como son, "¡sin filtros!".


Que les animan a mostrarse orgullosos de sus michelines, de sus estrías y de sus dientes torcidos.
Que les empujan a luchar por hacer realidad todos sus sueños misterwonderfuleros y a hacerlo sin que les importe lo que los demás piensen de su aspecto.
En definitiva a ser auténticos, aunque ellos no lo sean.
¿Por qué entonces esta motivación enlatada?
¿Qué hay detrás de una contradicción tan evidente?
¿Hipocresía?
¿Postureo?
¿Falta de respeto a la inteligencia de los seguidores?
A mi modo de ver el motivo es algo un poco más complicado:
No nos cuesta aceptar la realidad física de los demás pero sí la nuestra. Tal vez porque pensamos que somos más guapos de lo que las fotos sin retocar se empeñan en mostrarnos.
Nos sentimos cómodos con la belleza natural de los demás (la autenticidad nos hace sentirnos seguros, saber que no nos están engañando, ocultando nada) pero al mismo tiempo es el camuflaje de nuestro propio aspecto físico lo que nos da la seguridad que necesitamos para exponernos cada día a la mirada de los otros.
El colmo de lo absurdos que podemos llegar a ser es que valorando tanto la autenticidad en los demás sin embargo estemos convencidos de que a nosotros jamás nos aceptarán si no ocultamos nuestras imperfecciones. Y el efecto lladró no es más que la expresión más superlativa de esta contradicción.
"No sin mi retoque. Pero viva la belleza natural".
¿Qué opinas tú de las pieles megaretocadas en Instagram?


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