Otra vez, la tragedia se hizo presente en un campo de juego. La víctima fue Piermario Morosini, mediocampista italiano, quien se desempeñaba en el Livorno, de la Serie B, y jugaba contra el Pescara en el Stadio Adriatico. A diferencia de lo sucedido apenas semanas atrás con Fabrice Muamba, su final fue como el de futbolistas como Marc-Vivien Foe, Miklos Feher, Antonio Puerta y Phil O’Donnell.
Todo sucedió promediando la primera mitad. Morosini se despolomó, luego quiso reincorporarse en vano, quedando tendido en el campo de juego. Quisieron ayudarlo primero con masajes cardíacos y luego con un desfibrilador. Tras ello, fue trasladado a un hospital.
Un traslado que es controvertido, ya que la salida era bloqueada por un patullero policial, haciendo que se pierdan varios minutos que, probablemente, pudieron ser claves para intentar salvarle la vida. Además, la ambulancia tuvo que sortear varias congestiones para arrivar al nosocomio.
“Moro” había tenido una vida difícil. 10 años atrás había perdido a sus madre, y dos años después su padre y uno de sus dos hermanos discapacitados hicieron lo propio. Al respecto había declarado: “Son cosas que te marcan y te cambian la vida, pero que al mismo tiempo te hacen meter en el cuerpo tanta rabia, y te ayudan a dar siempre todo para realizar aquello que era también un sueño de mis padres“. Era admirador de Matías Almeyda, del cantante Luciano Ligabue, y estaba en pareja con Anna, de acuerdo a lo que publicaba en su cuenta de Twitter.
Además del Livorno, sus otros equipos fueron el Atalanta (divisiones inferiores), el Udinese, el Bologna, el Vicenza (con el que anotó su único gol), el Reggina y el Padova, aparte de militar en diversos seleccionados juveniles de su país.
A raíz de ello toda la fecha de Italia tanto en Serie A como en Serie B se suspendió. Una decisión sensata por parte de la Federación Italiana. Porque cuando suceden estas cosas, el fútbol es lo de menos