Hace años, un decorador de interiores me aconsejo dejar que mi casa fuera decorada con el tiempo.
Nada de objetos coordinados y perfectos …Simplemente, dejar que el tiempo pasara y trajera a mi casa esos objetos que no sólo forman parte de la decoración , sino que son trocitos de una vida.
El coco Ssshhh es un ejemplo perfecto pero tengo más.

Esta es una botella que contenía un vino francés rosado delicioso y que deguste en una ocasión especial. Me quedé la botella porque descubrí que era “imperfecta”. Me regalaron dos ( que cayeron) y de esas dos, una tenía el cuello torcido y una hendidura en el cristal. Esa, me la quedé.

Me sirve para poner las flores (de temporada ). Lo de “temporada” merece ese paréntesis ya que este año, me encuentro sobresaturada de buganvilla acabando el mes de octubre …

En estos días, va vestida con un trocito de celo que dice “Life is a journey”.

Lo siguiente es un bote de cristal para guardar la pasta. Tras muchos paseos por la playa, se ha ido colmando de mar.

Se me ha ocurrido iluminarla desde el interior con unas lucecitas de IKEA que se encienden con pilas.

Este fin de semana, me he tomado unas dosis (pequeñitas) de mi rotu-terapia.

Creo que a este cuadro lo voy a llamar “El tamaño no importa”.


Feliz Semana!
