El poco terreno seco en la Antártida es un bien muy cotizado para los animales que moran por aquellos parajes.
En concreto para los pingüinos de Adelia que acumulan piedras a modo de nido para impresionar a las hembras, de tal modo que aquellos que sean capaces de fabricar un nido más grande tienen más posibilidades de aparearse.
Pero como en todas las especies siempre hay aprovechados que toman por propio el trabajo ajeno. Como en este video.
Dos pingüinos: uno de ellos se afana en traer desde lejos piedras para elaborar su nidito de amor, el otro, más picaro, cerca del nido del primero y haciendo como que mira al infinito se aprovecha de cada viaje que hace su laborioso compañero para robarle las piedras y construir así su propio nido sin cansarse demasiado.
¿Atraparán al ladrón? La respuesta al final del video.
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