Pinturas rupestres en Benaoján, Málaga

Benaoján, situada a 564 metros de altitud sobre el nivel del mar, en el corazón del malagueño valle del Guadiaro. 
Aquí, los primeros vestigios de vida aparecieron en la Cueva de la Pileta, habitada por los hombres desde el Paleolítico. 
En esta cueva dejaron su huella en forma de pintura y utensilios rupestres. Su importancia hizo que se convirtiera en Monumento Nacional en 1924. 
La Cueva de la Pileta fue descubierta en 1905 y su interior contiene un importante conjunto de pinturas rupestres de cabras, caballos, cérvidos y bóvidos, entre los que destacan La yegua preñada y El pez. 
Sus restos se caracterizan por tener un hábitat estacional en vinculación directa con actividades de subsistencia, sobre todo caza. 
La Cueva de la Pileta está constituida por una serie de galerías situadas a distintos niveles y con alturas que llegan hasta los quince metros. 
Esta cueva es visitable todos los días en horario de diez a una de la tarde y de cuatro a seis de la tarde.