Las semillas de girasol pertenecen al grupo de los frutos secos y, como tales, son alimentos muy nutritivos que contienen proteínas, vitaminas, fibra, minerales y grasas insaturadas. Las pipas de girasol poseen pectina, un polisacárido que retiene agua en el intestino evitando el estreñimiento. Su composición en vitamina E las convierte en un potente antioxidante y cardiosaludable. Protegen al organismo de los radicales libres evitando la degeneración de los tejidos, enfermedades como algunos tipos de cáncer, ayuda a regenerar la piel en caso de heridas, lesiones o quemaduras, refuerza el sistema inmunitario y previenen el envejecimiento.
Otra de las vitaminas que se encuentran en las pipas de girasol es la vitamina B9 conocida como ácido fólico tan importante en los primeros meses de embarazo y que interviene en la formación de glóbulos rojos. La vitamina B1 o tiamina para las dolencias nerviosas. El contenido en magnesio, hierro y fósforo es ideal para mejorar el rendimiento de los deportistas y evitar posibles lesiones. El magnesio es imprescindible para la fijación de calcio y fósforo en los huesos y en los dientes.
Las grasas poliinsaturadas que se encuentran en las pipas en gran proporción ( 45 gramos de grasas por cada 100 gramos de pipas ) contribuyen a disminuir el colesterol sanguíneo y los triglicéridos.Con todo esto podemos concluir que el consumo de pipas de girasol constituye un picoteo muy saludable, siempre con moderación, no muy recomendables para personas con problemas de hipertesión, no por las pipas en sí sino por la sal añadida durante el procesado. En general es preferible elegir siempre las pipas que contengan menos sal.
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