Revista Coaching

Piramides y personas, la insoportable levedad de la "p"

Por Jlmon
PIRAMIDES Y PERSONAS, LA INSOPORTABLE LEVEDAD DE LA Esta mañana arrancaba la EEC14 en el Palacio de Congresos Euskalduna de Bilbao y lo ha hecho de forma esplendida con una sala abarrotada tal como he podido comprobar en calidad de blogger invitado.El evento se ha abierto con una breve pero intensa presentación de Elena Gómez del Pozuelo, directora de Adigital a la que ha seguido un buen número de intervenciones aunque personalmente me quedo con la de Juan Pablo Puerta, Director de Global Expansion (Souncloud).Conocía a Juan Pablo y no me ha defraudado. Ha comenzado como hay que comenzar, es decir por una historia, en este caso la del viejo edificio número 20 del MIT , un lugar incomodo, frío, desvencijado, pero cuna de más de veinte premios Nobel. La creatividad en estado puro que tuve oportunidad de conocer poco antes de desaparecer para dejar paso al futurista Stata Center. Juan Pablo nos ha hablado de la creatividad y los creativos aunque centrando el discurso en la raíz tecnológica y digital como no podía ser de otra forma para alguien que ha pasado por Yahoo, Craigslist, Etsy y ahora impulsa Soundcloud. Este ámbito de la creatividad está dominado por ideas como libertad, interflujo, usuario o visión periférica. Estoy totalmente de acuerdo con lo que hoy nos ha presentado aunque – siempre hay un aunque, ese but tan pulcramente anglosajón – su intervención, plena de positivismo y optimismo, no ha conseguido calmar mis inquietudes en torno a la creatividad.Quien suscribe lleva también una vida en esto de la creatividad, nada menos que treinta y cinco primaveras, aunque centrado en el gremio de los fontaneros, es decir aquellos que tratamos de explicar a las personas en general lo maravillosamente creativas que pueden volver a ser. Y digo pueden volver porque, en realidad, se trataría de una resurrección tras el traumático periodo que la sociedad denomina “prepararse para la vida”, es decir nuestros años de aprendizaje como estudiantes, primero en los tramos obligatorios y después en los universitarios si ha habido lugar.Silicon Valley, Cupertino, Palo Alto y otros más, son lugares míticos que evocan el Shangri – La de la creatividad humana. Mundos de ideas y libertad, paraísos de la otra mirada. Pero, al fin y al cabo, son la cúspide de la pirámide, esa figura que siempre acaba representando la cruda realidad. Es la cima donde residen los dioses, más allá del bien y del mal. El País de Nunca Jamás donde todo es posible por muy absurdo que parezca. Pero, a medida que descendemos hacia la base de la pirámide, las cosas cambian y no precisamente a mejor.En los submundos, la realidad es otra: contrato – trabajo – remuneración; estandarización, rutinas y normas; productividad, competitividad y beneficio. Sí, ya se que desde lo alto nos dicen que todo es posible y a los hechos se remiten, pero en la exosfera el ambiente siempre está menos enrarecido. Allí la densidad de población es prácticamente ridícula y pueden permitirse el lujo de crear un negocio de éxito que apenas necesite mano de obra.Contra toda ley física, la batalla de la creatividad se ha ganado en un entorno apenas humano, las capas superiores de la pirámide. Pero todavía nos espera la parte más dura, la cruda y dura base. Llevamos siglos intentándolo, pero resulta difícil convencer a la gente que puede ser, al menos, tan creativo como Jobs. Puede llegar a ser un acto de fe la aceptación del Talento como corporativo. Apenas se entiende que hay valor más allá del invierto uno, consigo dos. Y, sobre todo, resulta complejo desmontar un sistema educativo nacido con y para la industrialización que se articula también en torno a la pirámide: todos deben ser educados, pero sólo algunos serán los elegidos.
Llegados a este punto, siempre me asalta la misma duda: ¿no estaremos hablando de la misma pirámide?

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