En la última ocasión que lo observé estaba formando parte de una bandada que tomaba el tibio sol matinal, el pasado 3 de junio. Allí asomando entre otros pirinchos lo distinguí del resto por su característica deformidad en su pico. Posaron largo rato y pude hacer muchas fotos, solamente el ramerío del árbol donde posaban interferían un poco.
Es notable este avistamiento porque demuestra la longevidad de los pirinchos y el aquerenciamiento a un mismo lugar durante todo el año.
Tercero desde la derecha
Pirincho con pico normal