Siempre que hago pizza me viene a la cabeza Fanny. No lo puedo evitar. Mientras que en mi casa (cuando aún vivía con mis padres) quien quería pizza se la hacía disponiendo los ingredientes que más le apetecían sobre una base congelada (siempre a mano en la parte superior de la nevera), pintada con tomate y trozos sueltos de queso, en casa de mi amiga Fanny, argentina hasta la médula, se zampaban unas pizzas espectaculares (de grandes y de buenas), hechas con masa casera, que ya quisieran los mejores italianos… (o eso al menos me parecía a mí).
Uno de tantos días que iba a verla me dijo: “quedáte a cenar… hice pizza!”.
Cuando la vi (¡qué pinta!), no pude decir que no! Le pregunté -pardilla de mí- dónde había comprado la masa… Creo que aún se está riendo! Lo recuerdo como si fuera ayer. Desde entonces han llovido unos veintiséis o veintisiete años! Y desde entonces, con su receta, he preparado montones de pizzas…
Hoy en día reconozco que las mejores del mundo son las italianas (y aún más las hechas con fuego de leña), pero -como tantas comidas internacionalizadas- tienen su peculiar toque en cada país, en cada ciudad e incluso en cada hogar.
Mi amiga Fanny me enseñó que se podían hacer en casa, elaboradas por cualquier persona de principio a fin y que las masas hechas así tienen otro sabor que nada tiene que ver con las congeladas! Eso sí, las suyas eran mucho más gordas que lo habitual en cualquier restaurante, y en realidad era casi más una empanada que una pizza, pero la verdad es que estaba deliciosa.
Con los años, fui cogiendo recetas de aquí y allá: copiando las combinaciones de ingredientes que más me gustaban en las pizzerías; haciendo la masa mucho más fina; de hornos antiguos, pasamos a los de aire… y la verdad es que mejoré bastante a base de probar y probar, como todo en esta vida.
A estas alturas, me parece un arte elaborar una buena pizza, con su masa hecha con poolish (una masa madre floja que necesita de 4 a 12 horas de reposo), con sus giros en el aire en manos maestras y con un calor a la temperatura y con los tiempos adecuados… porque los rellenos es casi lo de menos.
En realidad, el secreto está en la masa.
No obstante, podemos disfrutar en casa de un considerablemente buen resultado con poco y por poco. Así lo espero!
Ventajas de hacerlo con Thermomix
La masa! Casera, pero sin esfuerzo ninguno, con todas las garantías de que sabes lo que pones porque la haces tú… Bueno, tú diriges, la amasa tu Tercer Brazo!
Receta Pizza vegetal
Según la forma tradicional
Ingredientes para la masa (para 4 pizzas pequeñas ó 2 medianas)
200 gr de agua
50 gr de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
20 gr de levadura fresca de panadería
400 g de harina de fuerza
Sal
Ingredientes para el relleno vegetal
1 Kg de tomate natural rallado o un bote de tomate troceado de kilo
1/2 cebolla (unos 70 g) para la salsa de tomate, cortadas a cuartos
30 g de AOVE
1 cucharadita de tomate concentrado
Orégano
Sal
200 g de queso mozzarella rallado
4 champiñones
1/2 berenjena
1/2 calabacín
1/2 cebolla (ingrediente sobre pizza)
7 olivas negras sin hueso
Preparación para la masa:
Preparamos sobre el banco de trabajo la harina, haciendo una montaña con ella. Abrimos un hueco en el centro, a modo de “volcán”. Echamos en dicho hueco el agua templada y la levadura (previamente disueltas la levadura en el vaso de agua) y el aceite. Amasamos -añadiendo la sal durante este proceso- hasta conseguir una masa compacta. Si la masa lo pide, añadimos harina o agua, según admita. Trabajamos un buen rato hasta que esté completamente homogénea y no se pegue en las manos ni el banco.
Cubrimos con un paño de lana y dejamos reposar hasta que doble su tamaño (de media hora a una hora).
Aquí es donde empezaríamos a preparar los ingredientes del relleno.
Preparación para el relleno de la pizza:
Precalentamos el horno a 250ºC.
Lavamos y cortamos a finas láminas y/o tiras las verduras, según nuestro gusto. Normalmente, cortaremos la berenjena, el champiñón y el calabacín a láminas; las olivas negras las dejaremos enteras o las partiremos en dos; la cebolla para el relleno, a gajos no excesivamente finos; el pimiento, a rodajas finas o en tiras. Reservamos.
Picamos la cebolla destinada a la salsa. Reservamos.
Ponemos en un sartén un chorro de AOVE y lo calentamos. Sofreímos en él la cebolla para la salsa. Cuando esté blandita y empiece a dorar, añadimos un bote de tomate troceado de kilo, sal, orégano y una cucharadita de concentrado de tomate. Freímos todo junto a fuego lento y cuando haya espesado la salsa un poco, sacamos y reservamos.
Una vez la masa ya está reposada, la extendemos sobre un molde previamente untado con aceite o cubierto con papel de hornear. Podemos ayudarnos de un rodillo, aunque con las palmas de las manos se puede hacer fácilmente.
Cuando tenga la forma deseada (redonda o rectangular), y esté uniformemente fina, empezamos a colocar los ingredientes del relleno.
Repartimos un poco de salsa de tomate reservada sobre la superficie de la masa. Sobre ella, espolvoreamos queso mozzarella rallado, añadimos el resto de vegetales que tenemos preparados. Para finalizar, espolvoreamos con orégano la superficie e introducimos la pizza en el horno durante unos 20 minutos aproximadamente, bajando la temperatura a 115ºC.
Receta Pizza vegetal
Adaptación a Thermomix
1 horaIngredientes para la masa (para 4 pizzas pequeñas ó 2 medianas/600 g de masa)
200 g de agua
50 g de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
20 g de levadura fresca de panadería
400 g de harina de fuerza
Sal
Ingredientes para el relleno vegetal
1 Kg de tomate natural rallado o un bote de tomate troceado de kilo
1/2 cebolla (unos 70 g) para la salsa de tomate, cortadas a cuartos
30 g de AOVE
1 cucharadita de tomate concentrado
Orégano
Sal
200 g de queso mozzarella rallado
4 champiñones
1/2 berenjena
1/2 calabacín
1/2 cebolla (ingrediente sobre pizza)
7 olivas negras sin hueso
Preparación para la masa:
1.- Ponemos en el vaso el agua y el aceite. Programamos 30 seg/37ºC/vel 1.
2.- Añadimos la levadura, mezclamos 5 seg/vel 4.
3.- Añadimos la harina y una pizca de sal. Volvemos a programar 1 min/vaso cerrado/vel espiga.
4.- Retiramos del vaso y dejamos reposar dentro de una bolsa 30 minutos. Para ese momento, veremos que ha doblado su volumen.
Preparación para el relleno de la pizza:
5.- Precalentamos el horno a 250ºC.
6.- Lavamos y cortamos a finas láminas y/o tiras las verduras, según nuestro gusto. Normalmente, cortaremos la berenjena, el champiñón y el calabacín a láminas; las olivas negras las dejaremos enteras o las partiremos en dos; la cebolla, a gajos no excesivamente finos; el pimiento, a rodajas finas o en tiras. Reservamos.
7.- Introducimos en el vaso el AOVE y lo calentamos 5 min/Varoma/vel cuchara.
8.- Agregamos la cebolla y picamos 4 seg/vel 4. Bajamos hacia las cuchillas los restos adheridos a las paredes y sofreímos 5 min/Varoma/vel 1.
9.- Añadimos un bote de tomate troceado de kilo, sal, orégano y una cucharadita de concentrado de tomate. Sofreímos 10 min/Varoma/vel 1. Sacamos y reservamos
10.- Una vez transcurrido el tiempo de reposo de la masa, cogemos la porción necesaria para extender y le vamos dando forma, bien sobre una bandeja cuadrada de horno, bien sobre el molde redondo de pizza. Podemos hacerlo sobre un trozo de papel vegetal, que nos servirá de base para hornear sobre la bandeja elegida, o también podemos untar dicha bandeja con un poco de aceite para que no se pegue y hacerlo directamente sobre la misma. Debe quedar una capa de masa fina y uniforme.
11.- Repartimos un poco de salsa de tomate reservada sobre la superficie de la masa. Sobre ella, espolvoreamos queso mozzarella rallado, añadimos el resto de vegetales que tenemos preparados. Para finalizar, espolvoreamos con orégano la superficie e introducimos la pizza en el horno durante unos 20 minutos aproximadamente, bajando la temperatura a 115ºC.