El Inspector Carbonell considerado como uno de los detectives más eficientes de la policía Aragquense acaba de recibir una mala noticia, ha sido relegado de sus habituales funciones y en su lugar han nombrado a una antigua exnovia, en medio de su enojo se dirige con rabia a la oficina de su Jefe, el Alto Comisionado, Don Enrique Burgos.
En camino hacia el recinto privado del Jefe, puede ver que en la Sala de Juntas están reunidas varias personas, entre ella Burgos el cual al verlo, le hace un gesto para que se sume a los allí reunidos, la Detective Ada Scully también se encuentra allí.
Antes de que Carbonell pueda decir palabra alguna, Burgos le dirige una mirada amigable aunque grave y dice:
- Inspector Carbonell, no alcance a avisarte antes, pero necesitamos que te hagas cargo de un asunto muy importante no solo para nosotros, sino para todo el país, vas a ser la cabeza visible de uno de los casos judiciales más delicados del momento, el Rey personalmente quiere que te encargues de esclarecer la muerte de los Tres Jurados del famoso Reality de televisión. Mientras tanto los demás detectives te apoyarán con las Investigaciones más rutinarias que ya tienes asignadas. El Rey quiere que te dediques exclusivamente a esclarecer el asunto de los Jurados.
Carbonell que venía dispuesto a descuartizar a su Jefe, se limita a cruzar una discreta mirada con Ada Scully la cual mantiene un gesto inescrutable, pero internamente esta que se muere de la risa.
Burgos continúa, hablando acerca de como dirigir la Investigación y de que apoyos recibiría Carbonell el cual esta de cuerpo presente en la reunión, pero su mente está hecha un mar de confusión, simplemente oye la voz de su jefe dando órdenes y explicaciones como si todo fuera un molesto ruido de fondo.
Luego después de horas de intenso debate, lluvias de ideas, discusiones y charlas técnicas algo es claro: Carbonell y su equipo comenzará a investigar a toda persona que estuvo en contacto con los Jurados en las 24 horas previas a sus horrendas muertes.
Cuando la reunión ha terminado y todos comienzan a abandonar la Sala, Ada se acerca y le dice: "Felicitaciones Inspector Carbonell, cuente conmigo para lo que usted requiera a fin de resolver este fatídico caso".
Carbonell responde con un gesto cordial y para hacer cierta conversación le pregunta:
- ¿A qué hora llegaste? ¿Todo está bien en tu ciudad, Puerto Industrial?
- Todo marcha de maravilla - replica ella - Únicamente tengo algo de afán, mi reserva en el Hotel en donde me voy a hospedar por esta semana aquí en la Capital no quedo bien hecha, tendré que ocupar la tarde para arreglar ese asunto.
- Pues no hay problema, si lo del Hotel está dando lío puedes hospedarte mientras en mi casa por uno o dos días mientras resolvemos lo de tu alojamiento
- oh, no, No deseo incomodarte - respondió ella -en verdad no es tan grave como parece, gracias por la sugerencia.
- Ada, yo insisto, en verdad no me incomoda que te alojes conmigo por algunos días, sabes que siempre eres bienvenida chez moi
- Ok -replico ella - en ese caso se hará como tú indicas. Si no es problema pondré todo mi equipaje en tu auto e iré contigo, eres muy amable en invitarme a tu palacio.
Pasaron lentamente las horas para terminar el resto de la jornada de aquel intenso día. La Detective Ada Scully junto con el Inspector, hicieron el viaje desde la Comisaria Policial, hasta la casa de Carbonell, charlaron animadamente, recordando viejos tiempos, riendo a veces, sin preocuparse de nada ni de nadie, mientras él los conducía por las congestionadas calles de la Capital.
Llegaron pues a la casa de Carbonell y apenas cruzaron la puerta, no esperaron ni un segundo para abrazarse y besarse apasionadamente.
Sin saber como, los dos se fueron desvistiendo en la oscuridad, de repente Carbonell puso un dedo en una profunda cicatriz que Scully tiene entre la clavícula y el pecho Izquierdo.
- Ese fue el Dinamitero Loco - ella iba a continuar diciendo algo más, pero él le puso un dedo en los labios como dándole a entender que no quería traer a la memoria un recuerdo nefasto
Scully se sintió algo acongojada porque ahora Carbonell estaba dirigiendo su atención hacia otra cicatriz que tenía ella en el bajo vientre, recuerdo de una terrible jornada con uno de los delincuentes más famosos de Aragca.
- Esa fue la de Zodiaco - menciono ella - Si no es por ti, yo estaría muerta. Nuestras heridas muestran cuantas veces nos hemos salvado mutuamente la vida. - Y sin quererlo dejo derramar unas lágrimas.
La herida que le causo Zodiaco había dejado incapacitada a Scully para tener hijos, básicamente le habían destruido el útero.
Entonces en medio de las lágrimas, Scully con voz baja, pero firme dijo a Carbonell:
-Sé que Zodiaco y El Dinamitero Loco, fueron desagradables experiencias, por eso quiero que hagamos un día el amor en la Morgue, en medio de los huesos de todos los enemigos de nuestros niños.
Carbonell por más de que lo intentaba no lograba recordar ni los nombres ni los eventos que le mencionaba su pareja.
- ¿De qué malditas cicatrices me estará hablando esta mujer? - se interrogó a sí mismo.
Tan solo la abrazo con pasión y los dos se entregaron a las artes amatorias como si hubieran sido una jauría de demonios irracionales.
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