Las nuevas imágenes del Observatorio Espacial Planck de la ESA revelan las fuerzas que llevan a la formación estelar y les da a los astrónomos una forma de comprender la física compleja que da forma al polvo y gas en nuestra Galaxia.
Izquierda: Región de formación estelar en la Nebulosa de Orión. La región de la imagen cubre un área de 13 grados por 13 grados y los colores fueron obtenidos en calanes de frecuencias de 30, 353 y 857 GHz. Crédito: ESA/LFI & Consorcios HFI.
La formación de estrellas tiene lugar de forma escondida detrás de velos de polvo, pero eso no significa que no podamos verla. Donde los telescopios ópticos ven sólo un espacio negro, los ojos de microondas de Planck revelan una miríada de estructuras relucientes de polvo y gas. Ahora, Planck ha usado esta capacidad para investigar dos regiones de formación estelar relativamente vecinas en nuestra Galaxia.
La región de Orión es una cuna de formación estelar ubicada a unos 1.500 años luz de nosotros. Es famosa por la Nebulosa de Orión, la cual puede ser vista a simple vista como un suave punto rosado.
La primera imagen cubre gran parte de la constelación de Orión. La nebulosa es el punto brillante en la parte inferior central. El punto brillante a la derecha del centro es la Nebulosa Cabeza de Caballo.
El arco rojo gigante es el Anillo de Barnard, el cual se cree que es la onda de choque de una estrella que explotó dentro de la región hace unos dos millones de años. La burbuja que creó ahora tiene unos 300 años luz de ancho.
En contraste a Orión, la región de Perseo es un área de menor formación estelar, pero como muestra Planck en la otra imagen, aún suceden muchas cosas allí.
Arriba: Región de Perseo. Área de 30X30 grados y tomada en los canales de frecuencia de 30, 353 y 857 GHz. Crédito: ESA/LFI & Consorcios HFI/STScI DSS.
Las imágenes muestran tres procesos físicos ocurriendo en el polvo y gas del medio interestelar. Planck puede mostrarnos cada proceso separadamente. A las frecuencias menores, Planck mapea la emisión causada por electrones de alta velocidad interactuando con los campos magnéticos de la Galaxia. Un componente difuso adicional viene de las partículas de polvo que giran emitiendo a esas frecuencias.
A longitudes de onda intermedias de algunos milímetros, la emisión proviene del gas calentado por estrellas recién formadas.
Incluso a frecuencias superiores, Planck mapea el magro calor producido por polvo extremadamente frío. Esto puede revelar los núcleos más fríos en las nubes, las cuales se acercan a las etapas finales del colapso, antes de que renazcan como estrellas nuevamente. Las estrellas entonces dispersan las nubes que las rodean.
Arriba: Ubicación de las imágenes obtenidas por Planck en una imagen en visible e infrarrojo de la mitad del cielo. El recuadro pequeño corresponde a Orión, mientras que el más grande a Perseo. Crédito: ESA/LFI & Consorcios HFI/STScI DSS.
El balance delicado entre el colapso de nube y la dispersión regula el número de estrellas que se producen en la Galaxia. Planck avanzará en nuestra comprensión de este proceso, porque, por primera vez, provee datos de varias emisiones de mecanismos importantes al mismo tiempo.
La misión principal de Planck es observar el cielo entero en longitudes del microondas para mapear las variaciones de la antigua radiación producida por el Big Bang. De esta forma no puede ayudar a observar la Vía Láctea porque gira y barre con sus detectores electrónicos el cielo nocturno.
Más información:
Noticia en el sitio de la ESA
Página de la misión Planck
Fuente: ESA.