Revista Música

Planeta Michael

Publicado el 29 agosto 2013 por Cartas A 1985 @AntonCruces

No me extrañaría nada que la nave Kepler descubriese en breve el planeta MJ01. Los habitantes de ese mundo son réplicas exactas de Michael (y sus distintas modalidades) y en él reina la paz y la armonía. Si esto ocurriese al fin tendríamos la respuesta al caso Jackson, y es que el rey del pop era de otra galaxia. Nadie nacido en La Tierra puede cantar así, bailar así y componer esas canciones. La gente de MJ01 se puede clasificar (que no dividir) en varias razas:

-Los niños MJ

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Chavales felices. Bailan como los ángeles, cantan cual sirenas y además no tienen que llevar mochila al colegio, en ese peluco cabe de todo, desde un Interviú de Marta Sánchez hasta un balón de balonmano. Se mueven a la vez.

-Los MJ adolescentes

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No me digáis que esta Jacko no parece un tío feliz de cabo a rabo.

Nota mental: ¿Se puede escribir rabo en un artículo sobre Michael? Creo que no. Para mí es como meter la palabra escroto en un cuento infantil.

-Los MJ café con leche

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Aquí aún molaba, pero ya se empezaba a liar con los colores.

Los MJ confusos

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¿Quién no hace tonterías en la adolescencia? Lo que ocurre es que con esa infancia que tuvo la siguiente fase tardó demasiado en llegar.

Además en ese lejano rincón de la galaxia la gente camina hacia atrás a lo Moonwalker. Van así al súper, al cine…

Resumiendo. Tenemos al menos cuatro castas en MJ01 y mi teoría es la siguiente: ¿Y si desde allí nos han ido dando el cambiazo cada diez años por un habitante distinto de este planeta? Eso lo explicaría todo. Nadie puede ser tan bueno como Michael, pero cuatro, cinco o seis personas distintas sí podrían. Además las distintas variantes de MJ son como los chinos. Se parecen, pero no son iguales.

¡Menuda chorrada! pensáreis.

¿Chorrada? ¡Ah vale! Mucho más creíble el tema de que padecía de  vitíligo, de que se sometió a decenas de operaciones de cirugía estética mientras se enganchaba poco a poco a los medicamentos para paliar el dolor de las quemaduras que sufrió mientras grababa el anuncio de Pepsi. Además, entre Grammy y Grammy, el bueno de Michael tenía tiempo para dejarse embaucar por garrapatas sin escrúpulos que le acusaban falsamente de retozar con críos cargándose su carrera.

Dede luego me quedo con mi versión de la película (más de Spielberg) y os dejo a vosotros la de Pedro Almodóvar.

Vamos a pasar de Beat it, Thriller, Bad y todas esas que ya las conocemos todos…

Tres temazos de Michael

Leave me alone

Cuando Bad salío en España este tema no estaba incluído en disco solo en el CD. Me lo tuve que comprar otra vez. La misma estrategia siguieron  Hombres G en “Esta es tu vida” que tenía tres temas más que el vinilo. Cosas de marketing. El vídeo de este tema es una pasada y Michael construye un video en el que el eje central son las leyendas que los medios han inventado sobre su vida privada. Hay que estar atentos para no perderse…

Give in to me

A veces Michael se ponía rockero (ver Dirty Diana o Beat it). En esta canción llamó al prenda de Slash para que metiese guitarras y menuda colaboración que se sacó de la chistera el menda.

Man in the mirror 

Para mí uno de los mejores del de Gary (Indiana). Letraza, una obra épica que te hace caer de rodillas cuando llega el tramo final. Una canción que ye hace reflexionar en que a lo mejor aún queda esperanza. Hay que cambiar, pero hay que empezar por el hombre en el espejo. ¡Qué grande Michael! Solo Stallone al final de Rocky IV tras el combate con Drago había formulado un discurso basado en el concepto del cambio tan acertado. Atención al personaje del traductor que se va poniendo cachondo a medida que El Potro Italiano se va calentando.

En definitiva. Hoy hace cuatro años que Michael partió en su nave espacial hacia otro mundo. Un tío de otro planeta que supongo no podría asimilar toda la mierda que invade este. Medio siglo de música sin comparación. Nadie volverá a hacerlo.

Ya no existen estrellas como Michael. No. George Michael no cuenta. MI mano baja hacia mi pelvis que golpea el aire con un ritmo devastador mientras que de mi garaganta se escapa un gritito agudo. ¡Achafú!

 Michael te echamos de menos.

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