Revista Cine

Plano secuencia 7: Alfonso Cuaron, Chidren of men (2006)

Publicado el 24 marzo 2010 por Babel

Conocida en España como Hijos de los hombres, Children of men es una de las películas de ciencia ficción que más reconocimiento obtuvieron en su día, pues a pesar del moderado éxito económico, atrajo muchas críticas positivas y el beneplácito del público. Adaptación un tanto libre de la novela homónima de 1992 de la británica Phyllis Dorothy James, fue dirigida por  Alfonso Cuaron quien también intervino en la adaptación del guión junto al mexicano Timothy J. Sexton. La película está protagonizada por Clive Owen, Julianne Moore, Pam Ferris, Claire-Hope Ashitey, Michael Caine y Chiwetel Ejiofor,  y nos sitúa en 2007, momento en que la humanidad se ha vuelto estéril y su extinción comienza a ser inminente. 18 años han pasado sin que ningún ser humano haya nacido, y el más joven acaba de morir: el destino parece sellado, y el colapso y la crisis social se desatan en todo el planeta. Todas las naciones han sido devastadas por el terrorismo y el caos. La única excepción, el Reino Unido, gobernada por un tiránico régimen neo-fascista, impone el orden con mano de hierro, ensañándose duramente con los millones de inmigrantes que creen encontrar en territorio británico algún paliativo a un mundo inevitablemente en ruinas. Un kit de suicido se comercializa en carteleras, anuncios de prensa y televisión. El precio de la libertad es muy alto.

Sin embargo, Children of men se aleja del planteamiento futurista de algunas películas del género y, lejos de trasladar al público a una realidad venidera que todavía desconoce, está ambientada de modo hiperrealista, manteniendo siempre el equilibrio entre el tiempo que narra, 2027, y escenarios muy contemporáneos. La recreación de los ambientes coincide casi siempre con escenarios actuales, así como las vayas publicitarias, tipo de programas de televisión, automóviles, o incluso la indumentaria y modus operandi del ejército. Semejante puesta en escena contribuye a la identificación del público con una situación posible a corto plazo. Con el futuro en mente, invita a explorar temas como la esperanza y la desesperación,  contiene alusiones a la fe religiosa y a episodios recientes de la historia del siglo XX -el Holocausto-. Desde la ficción, aborda temas de actualidad como la inmigración, la manipulación de los temores de la ciudadanía por parte de los gobiernos e, incluso, los campamentos de refugiados donde van a parar los de la película, que son cazados como cucarachas, evocan intencionadamente prisiones como la de Guantánamo o Abu Ghraib.

Técnicamente, contiene varios planos secuencia en los que tienen lugar escenas de complejidad asombrosa, hasta el punto de que Cuaron tuvo que enfrentarse en más de una ocasión con la productora porque el rodaje de determinadas partes de estos planos consumía demasiado tiempo con la consiguiente preocupación por parte de los estudios. Los dos que hay a continuación son los más famosos, aunque no los únicos. El primero de ellos, la escena de la emboscada en la carretera, se logró modificando el vehículo para permitir su inclinación y que los asientos estuvieran más bajos, permitiendo así a la cámara rodar desde el techo. Lo mismo se hizo con el parabrisas, que tuvo que ser inclinado convenientemente para que la cámara pudiese salir a través de él desplazándolo desde un lado. Cuatro personas, incluido el operador, viajaron en el techo para el rodaje. Los efectos de las dos escenas son asombrosos, a pesar de que se ha sabido que en realidad no son tomas continuas y que para lograr que lo parezcan se echó mano de un buen trabajo de postproducción. La segunda escena, a base de una combinación de steadycam y cámara directamente al hombro, y al margen del realismo que imprimen las salpicaduras de sangre en el objetivo, es una magnífica coreografía medida al milímetro, en la que fotografía, escenarios y sonido crean una atmósfera asfixiante que le dan el dramatismo, tensión y realismo que merece la narración de esta batalla campal en plena ciudad. Guste o no el género de ficción apocalíptico, solo por sus monumentales planos secuencia vale la pena el visionado. La valoración del contenido global del film, quizás mejor dejarla para pasados unos años…

 


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