© Aleksandr Ródchenko
Debo confesar que, después de visitar en el 2008 la antológica exposición de Aleksandr Ródchenko en el Pedrera de Barcelona, me hice fan del uso de planos inesperados (gadir, cenital, contrapicado, picado)en mis paseos fotográficos urbanos.
© Aleksandr Ródchenko
Pronto me di cuenta del plus que le otorga a la composición, de cómo transforma una escena cotidiana en algo extraordinario y lo más importante: le da mucho dinamismo, movimiento a la escena.© Aleksandr Ródchenko
“Si se desea enseñar al ojo humano a ver de una forma nueva, - señala Rochenko - es necesario mostrarle los objetos cotidianos y familiares bajo perspectivas y ángulos totalmente inesperados y en situaciones inesperadas”. A pesar que esa frase la dijo en 1928, sigue siendo un leit motiv para los entusiastas fotógrafos contemporáneos.Fotograma del film Soy Cuba (1964) © Serguei Urusevski
Mucho del constructivismo ruso (del cual Rodchenko era su piedra angular) se apoderó también de Serguéi Urusevski para enseñarle al mundo (y en especial al fotográfico) lo que es capaz de realizar un ojo entrenado en función de una causa política como es teatralizar el sentimiento de una revolución como la cubana.Un poco de historia: Soy Cuba del director Mijail Kalatózov fue estrenada en 1964 sólo en países socialistas y por diferentes razones pronto fue olvidada. Hoy en día es un film de culto, redescubierto en los ’90 del siglo pasado por afamados directores como Martin Scorsese o Francis Ford Coppola.
Veamos otra secuencia del film con otros planos inesperados y un excelente uso de gran angulares. Tomen nota...
Hasta pronto!
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