Plantas para clima oceánico o atlántico. El clima atlántico es un clima templado y agradecido para la práctica de la jardinería pues permite el cultivo de numerosas variedades. Las plantas para clima atlántico deben tener hojas y raíces adaptadas para soportar una elevada humedad en el suelo y en el ambiente. Deben ser resistentes a temperaturas frescas y poder soportar alguna helada ocasional. Además, en las zonas más próximas a la costa, las plantas tienen que resistir altos niveles de salinidad y fuertes vientos. Las plantas muy especializadas para soportar el calor y la sequía, como cactus y crasas, así como las plantas tropicales que necesitan temperaturas cálidas todo el año no se desarrollarán en el jardín exterior en un clima atlántico. A su vez, existen plantas que requieren de un suelo bien drenado. Estas plantas exigirán atenciones especiales en el clima atlántico, por ejemplo, muchas variedades de coníferas.
Plantas para clima continental. Las plantas adaptadas al clima continental han creado mecanismos de resistencia al frío extremo y a las heladas mediante la concentración de zumos que hacen bajar el punto de congelación del agua dentro de la planta y mediante cambios fisiológicos celulares que provocan descargas progresivas de las temperaturas, dando lugar a un fenómeno conocido como endurecimiento. Desde finales de la estación otoñal a principios de la primavera, las plantas de clima continental desarrollan un reposo vegetativo durante el cual las plantas paralizan casi toda su actividad, lo que las permite soportar mejor las bajas temperaturas y acumular reservas y energía para la floración y renovación de hojas en primavera. A su vez, las plantas de clima continental deben contar con mecanismos de defensa para el calor y las bajas precipitaciones, incluso sequía en el clima continental mediterráneo. A pesar de todo, existe un gran número de variedades de plantas que se adaptan bien al clima continental.
Plantas para clima mediterráneo. Las plantas de clima mediterráneo han desarrollado mecanismos de defensa frente a los largos períodos de sequía y al calor del verano. Todas las plantas mediterráneas tienen hojas duras, pequeñas y planas o largas y cilíndricas que las hacen más resistentes a la deshidratación. Por otra parte, han desarrollado estomas especiales en las hojas que tienen la capacidad de cerrarse durante los días de mucho sol y calor para evitar pérdidas de humedad. Algunas plantas mediterráneas se han recubierto por una capa de pelos blancos y lanosos que funciona como aislante del calor y refleja los rayos solares. Al igual que en climas semidesérticos o desérticos, algunas plantas del mediterráneo han desarrollado tejidos suculentos en sus tallos y hojas que acumulan agua en su interior. Se trata de plantas crasas o suculentas.
Plantas para clima montañoso. Las plantas de clima montañoso se sitúan escalonadas a medida que la montaña crece en altura. Según se asciende, las plantas necesitan más mecanismos de defensa frente al frío, al viento, a la nieve, al hielo. Por otra parte, las plantas de montaña necesitan desarrollar formas de sujeción para terrenos fuertemente inclinados y rocosos. A media altura se alternan bosques de robles, avellanos, castaños, coníferas. A más altura los bosques son menos densos y sólo soportan las coníferas más resistentes o el haya. Por encima de las áreas arboladas se extienden arbustos y matas aisladas, así como pastizales, que van desapareciendo a medida que aumenta la altura, el frío, la nieve y el hielo. Las especies presentes en cada tramo de la montaña varían según la latitud de la zona montañosa. Las montañas cercanas a los polos registran temperaturas más frías que las montañas más próximas a las zonas tropicales.
Plantas para clima tropical o subtropical. Las plantas de clima tropical están adaptadas a temperaturas cálidas constantes durante todo el año, así como a una humedad ambiental y pluviometria anual elevada. Estas condiciones excepcionales para el desarrollo de vegetación hacen que las plantas tropicales necesiten desarrollar mecanismos de defensa que les permitan competir con el resto de plantas, así como sobrevivir entre la exuberante y abundante vegetación. Algunas de las defensas que han desarrollado las plantas tropicales son:
- Hojas muy grandes, que las permitan captar la mayor cantidad de luz entre la densa vegetación.
- Formas y colores de gran atractivo, para atraer a insectos y pájaros que propaguen sus semillas.
- Raíces adaptadas a la elevada humedad del suelo.
Sin embargo, la mayoría de plantas tropicales son muy sensibles a condiciones climáticas que difieran del clima tropical, siendo muy difícil su adaptación y supervivencia en otros climas.
Plantas características del clima subtropical árido. Existe una variante del clima tropical que exige que las plantas soporten fuertes sequías y a veces, suelos y ambientes salinos. Se trata del clima subtropical árido, característico en áreas secas de las Islas Canarias. Las plantas que se desarrollan en el clima subtropical árido son plantas tropicales que han desarrollado mecanismos de defensa contra el calor y la sequía, siendo por lo tanto, plantas de tipo xerófilo con amplio aparato radical para adherirse a un suelo seco y arenoso. Muchas plantas presentan tejidos suculentos, así como sustitución de hojas por espinas o pinchos, acumulando el agua en sus tejidos y evitando la pérdida de humedad a través de las hojas.
Plantas para clima semidesértico. Las plantas adaptadas a clima semidesértico poseen importantes mecanismos de defensa para hacer frente al calor y a la sequía. Entre los más importantes mecanismos se encuentran:
- Tejidos suculentos, propio de las plantas crasas, gracias a los cuales la planta consigue almacenar agua de reserva en su interior.
- Sustitución de hojas por espinas, como es el caso de los cactos, reduciendo la transpiración y pérdida de agua a través de las hojas.
Fuente: jardinerosenaccion.es
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