Pobres en educación, también democrática

Ya lo han dicho prácticamente todo y en todas partes. Los resultados del informe PISA de adultos es la realidad de la marca España, esa niña de Rajoy, otra, ahora de gira mundial, también en Japón. Aun con todas sus miserias, es el único baremo de que disponemos para medirnos con otros países desarrollados, aunque el resultado muestre que nosotros no lo somos o, al menos, no tanto. Para aprender y saber no basta con hincarvlosvcodos el día antes del examen y vomitar el contenido que se ha machacado la noche anterior sin digerirlo. Pasado el examen, hay que recordar lo aprendido y aplicarlo a lo cotidiano, actuar en consecuencia, con coherencia. Aquí, también estamos a la cola.

Y es que no hay memoria. Todo se olvida, como se olvidará Bárcenas, incluso los EREs andaluces, las corruptelas, Fabras y Rocas varios que ha habido, quedan en las sombras y continuará habiendo. La ley ampara a los desmemoriados y culpabiliza a los que no olvidan y buscan justicia o, al menos y como sucedáneo, resarcir la memoria de sus muertos. No todo es blanco o negro, aunque son muchos los convencidos y los que buscan convencer de ello al resto. La gama de grises es infinita, suficiente para aburrir al más pintado.

No creo que la población española sea tan cateta como pintan las encuestas, aunque no tengo muchas pruebas de lo contrario y sigo recabando información. Sospecho que las pruebas de PISA para adultos las han realizado entre políticos, hoy por hoy la casta con peor comprensión lectora de todas y con todavía menos conocimientos de matemáticas. La economía no se rige por la máxima de la arquitectura, traspasada a la moda y la decoración de interiores, de “Menos es más”. En política, en economía, menos es siempre menos. Menos solo es más cuando el resultado que se pretende es desempleo y desigualdad social. En estas asignaturas estamos a la cabeza, alumnos aventajados, la manida marca España. Cómo son estos señores de PISA, que nos suspenden en educación, también democrática, siempre obsesionados por medir solo los conocimientos, habiendo tanto paro, atropello, corrupción y pasividad del respetable, cada vez menos. Aquí sí podríamos sacar matrícula cum laude. Y esto es lo que evalúa PISA (clica aquí).

PD: La media no entiende ni las ofertas de los supermercados, un prospecto o la factura de la luz, según Montserrat Gomendio, secretaria de Estado de Educación. Esta última no la entendería ni Einstein en un momento de lucidez extrema, segundos antes de dar con la teoría de la relatividad.