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Poca autocrítica y menos resultados

Publicado el 30 octubre 2011 por Marianofusco

Poca autocrítica y menos resultados

En ocasiones las frías estadísticas no marcan la verdadera realidad. Sin embargo, en el caso de la Selección Argentina Sub 20 que dirige Walter Perazzo los números evidencian un mal nivel demostrado dentro de los campos de juego y la escasez de títulos, que desaparecieron desde que el proyecto encabezado por José Pekerman y Hugo Tocalli finalizó.

La derrota ante México en la final de los Juegos Panamericanos de Guadalajara fue otra caída más de este nuevo periodo Albiceleste. Si bien la escuadra azteca no es una potencia internacional, parece haber encarrilado un camino inteligente para crecer hace ya 20 años. El lauro obtenido como local en el Mundial Sub 17 este año y la medalla de oro que alcanzaron en Jalisco, además de exportar algunas figuras resonantes como Chicharito Javier Hernández o Giovani dos Santos al mercado extranjero.

El inconveniente consiste en no capitalizar el material. El nivel y talento natural de la mayoría de los jugadores argentinos sigue siendo superlativo. Muy pocas selecciones juveniles pueden reunir nombres de tamaña jerarquía y prestigio en una alineación titular como Argentina: Esteban Andrada, Ezequiel Cirigliano, Germán Pezzella, Carlos Luque, Sergio Araujo, Juan Iturbe y Eric Lamela, entre otros, son algunos de los casos paradigmáticos de este fenómeno. Pero el problema radica en aquellos que conducen a los jóvenes y que poseen como principal característica la poca autocrítica.

Perazzo declaró luego de haber quedado fuera de la Copa del Mundo: “No considero un fracaso el hecho de haber sido eliminado. Saqué un 65% de los puntos y perdí solamente dos o tres partidos. Le ganamos a todos los campeones, no se pudo lograr el título“.  Uno entiende (guiado tal vez por el triunfalismo al que nos acostumbramos) que con éstos jugadores, los resultados tienen que ser definitivamente mejores.

La pronta eliminación de la Copa del Mundo de Colombia y el hecho de no haber clasificado a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 -y así  poder defender la presea dorada conseguida hace tres años en Beijing- son dos antecedentes recientes y tenebrosos para el conjunto argentino que se suman a ésta nueva caída.

Además, como si fuera poco, la cabeza del grupo volvió a caer en la misma actitud, ya que en conferencia de prensa opinó: “Estoy muy contento por lo hecho por mi equipo. Es un digno segundo puesto, ya que vendimos cara la derrota. Tuvimos muchas chances para anotar y lamentablemente no pudimos“.

Con esta nueva camada de directores técnicos los representativos nacionales perdieron prestigio. En épocas anteriores Argentina mantenía un estilo de juego determinado y, consecuentemente, obtenía casi siempre resultados importantes que la posicionaban como una potencia de temer para gran parte de los adversarios. Hoy, no hay juego, ni resultados ni autocrítica en muchos directivos.


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