Revista Cine

Poco se esperaba de Vito Andolini...

Publicado el 31 marzo 2014 por Nestor74
Poco se esperaba de Vito Andolini...
En 1901, un niño de nueve años llamado Vito Andolini es embarcado hacia Estados Unidos tras la aniquilación de toda su familia en Sicilia por la cruel acción de un capo local. A su llegada al centro de inmigración en la isla de Ellis (Nueva York), un funcionario confunde su apellido y su procedencia y le registra como Vito Corleone.
Dieciséis años después, vemos como un joven Vito (Robert De Niro) vive en Little Italy junto a su mujer e hijo. Trabaja como repartidor de una modesta verdulería regentada por el padre de su mejor amigo, Genco Abbandando (Frank Sivero). En esta vida modesta y rutinaria la familia Corleone parece haber encontrado la felicidad pero muy pronto ven comprometida su estabilidad cuando Don Fanucci (Gastone Moschin), un mafioso vinculado a la Mano Negra que practica la extorsión en todos los negocios del barrio, irrumpe en la verdulería para colocar a su sobrino como nuevo empleado de la tienda. El viejo Abbandando no puede permitirse un sueldo más y se ve forzado a despedir a Vito. Esa misma noche, oye una llamada a través de una de las ventanas de su casa. Su vecino le pasa un paquete y le pide que se lo guarde. Cuando Vito desenvuelve el objeto comprueba que se trata de varias pistolas.
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Días después, el misterioso vecino aborda a Vito en la calle. Se llama Peter Clemenza (Bruno Kirby) y se dedica a robar en casas lujosas mientras están vacías. Clemenza le pide que le acompañe en sus hurtos y así es como se inicia la carrera de los Corleone al margen de la ley. 
Pocos años después, el negocio de los asaltos ha seguido floreciendo y el grupo al que ahora también pertenece Salvatore Tessio (John Aprea), ingresa bastante dinero con la venta posterior de los artículos robados. El éxito del trío no pasa desapercibido para Don Fanucci quien les exige una parte del botín cada mes. De lo contrario, informará a la policía de sus actividades. Las cifras que exige arruinarían a los tres colegas así que Vito toma el mando y convoca un encuentro con él. Recoge dinero de todos ellos para pagarle pero menos de lo que exige el capo. Les promete a sus amigos que le hará una oferta que Fanucci no podrá rechazar...
Poco se esperaba de Vito Andolini...
Reunidos en una pequeña cafetería de Little Italy mientras se realizan los festejos en honor de un santo venerado por la comunidad, Fanucci acepta el dinero aunque la cifra no le satisface. Reconoce el valor de Vito pero queda claro que la extorsión continuará. Decidido a emprender una acción radical que termine con este control, Vito sigue a Fanucci a través de los tejados y le espera oculto frente a la puerta de su piso. Cuando el avaro se dispone a cerrar la puerta, divisa al joven Corleone y se pregunta qué le ha traído hasta allí. No dispondrá de más tiempo para averiguarlo porque Vito le dispara en el pecho y en la cara habiendo envuelto el revólver en un trapo para minimizar el ruido. Tras darle un nuevo tiro de gracia en la cabeza, abandona el lugar y oculta los restos del arma del crimen. Ha empezado una nueva era que presenciará el ascenso imparable de Corleone en el mundo del hampa neoyorkino. Pero el joven disfruta de su éxito compartiendo un deseado tiempo junto a su familia que acaba de recibir la llegada de un nuevo miembro: Michael.
Poco se esperaba de Vito Andolini...
Resulta apasionante recordar y escribir sobre esta magnífica película perteneciente a una de las trilogías más brillantes de la historia del cine. El Padrino Parte II (The Godfather Part II, 1974) es la mejor secuela jamás rodada compartiendo el título con El Imperio Contraataca (The Empire Strikes Back, 1980). Y, sin duda alguna, parte de su éxito y calidad responde a la fluctuación constante entre la época en que Vito Corleone empieza a construir su imperio y la consolidación y triunfo absoluto de su hijo Michael. El tipo de liderazgo que establecen ambos es muy diferente y también difieren en los estilos por lo que ambos nos ofrecen un excelente retrato de varias de las facetas de la vida criminal. Cuando dejamos a Vito éste es feliz, sigue ascendiendo, y ha borrado del mapa al causante de su desgracia en Sicilia. Michael finaliza el film apesadumbrado, muy solo, pero con el triunfo absoluto y con más poder del que su padre nunca habría imaginado. La visión que nos traslada Francis Ford Coppola, con esa imagen de un Michael (Al Pacino) pensativo a orillas del lago Tahoe, es una lección de vida. El asesinato de su hermano Fredo (John Cazale) le acompañará durante el resto de su vida pero Michael ha demostrado que puede cargar con cualquier cosa. La familia seguirá subsistiendo y no habrá compasión ni tan siquiera para uno de sus miembros.
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La película rodó las secuencias de Little Italy en varias calles del Lower East Side y de Greenwich Village. Es precisamente en este último barrio donde tiene lugar la escena en que Vito se reúne con Fanucci para pagarle. El lugar utilizado fue el Caffe Reggio, en el número 119 de la calle MacDougal
El Reggio es conocido por ser el "hogar del auténtico Capuccino". En 1927, sus propietarios fueron los primeros en importar a Estados Unidos la primera máquina de café espresso. Una máquina que es ya un objeto de museo y que también se ve en la escena que tiene lugar en el film. Cercano a Washington Square y a la frecuentada Bleecker street, el Reggio dispone de una ubicación privilegiada que, unida a la tradición, asegura el futuro de un negocio mítico. Además, parece ser que la calidad de sus cannoli es conocida en toda la ciudad de los rascacielos.
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