Podar tomates (y III)

En los anteriores post escribí sobre los principios generales de la poda y cómo aplicarles la hora de podar tomates. Pero la poda no se queda en la eliminación sistemática de los retoños adyacentes a las inflorescencias, hay que añadir la cantidad de posibilidades y variantes que los cultivadores han ido aportando durante siglos de cultivo.

Poda del tomate. Un método general.

La forma de cultivo más general es dejar crecer la planta de tomate hasta que tenga unos 80cm a un metro de altura, quitando las yemas axilares que broten (recordad que no son las inflorescencias), en ese momento se corta la yema apical y se deja que desarrolle dos brazos. Hecho esto se deja que crezcan los ramos florales y cuando los tomatillos tengan varios centímetros de diámetro se poda el tallo en el que nacen unas dos o tres hojas por encima, es conveniente dejar esas hojas por encima para que hagan cierta sombra para los frutos. Como fecha aproximada, se puede tomar la del final del verano, aunque depende de las zonas. Esto es importante porque si se podase antes se interrumpiría la producción de frutos, y si no se hace se van a fecundar flores que nunca llegarán a fruto por la irrupción del invierno.
Otro métodos de poda, más enfocados a la producción homogénea en plantas de crecimiento ilimitado, es podar la yema apical cuando se alcanza el número de inflorescencias deseadas; 4, 6, 8, 12, etc., para interrumpir así el crecimiento.

Consejos generales

Además de la forma general de podar los tomates, también es conveniente tener en cuenta estos consejos.

• Dos o tres semanas después de la poda de la yema apical, despertarán las yemas latentes, es el momento de regular el número de brazos de la tomatera, quitando lo que sobre.
• Es habitual dejar sólo dos brazos en la rama principal y a partir de ahí todo flores y hojas, nada de ramas.
• En tomates ´cherry´ se pueden dejar 3-4 brazos, dado su pequeño tamaño.
• En variedades de porte definido que no tienen crecimiento ilimitado, o de vigor extremo, que pueden llegar a ser incontrolables, como el ´cherry´ y ´pera´  se puede prescindir de la poda.

La variedad ´cherry´es apta para el cultivo sin poda.
Photo by Dov Harrington from flickr

• Es posible practicar una poda a dos hojas en las que en vez de arrancar los retoños desde la base se cortan dejando un par de hojas, lo cual tiene sus ventajas; un menor riesgo de infección si el retoño es grande y sus inconvenientes; perdida de volumen en el fruto.
• Habrá que repasar la poda cada dos o tres semanas para ir eliminando los retoños que vayan saliendo.
• El tomate casi siempre necesita entutorado, este puede ser tan creativo cómo queráis, pero es necesario pues el peso de los frutos puede acabar dando con los tomates en tierra. En invernadero se suele enrollar el tomate en un cordel que va del suelo al techo, para poder hacerlo el tomate se poda a un único brazo, es decir se eliminan sistemáticamente todos los retoños.

Se puede adaptar la poda al entutorado elegido.
Photo by Aine D from flickr

• Ante un eventual exceso de producción que perjudicará el tamaño de los tomates, se puede realizar una poda o aclareo de flores y frutos, algo que no tiene demasiado sentido en un huerto doméstico.
• Si se quiere eliminar un retoño demasiado crecido, habrá que usar unas tijeras o un cuchillo y habrá que tener cuidado con la herida causada que puede requerir de la aplicación de algún fungicida para que no sea una vía de entrada de enfermedades.

No obstante el cultivo del tomate es uno de los que más diferencias tiene por zonas y algo que parece que nunca se acaba de aprender por la cantidad de variantes que tiene. Así que si tenéis un método diferente o una técnica interesante, no dudéis en comentarlo aquí.