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"...podemos llegar a provocar que personas con formación técnica carezcan de pensamiento crítico." Entrevista a Martha Nussbaum
Publicado el 24 mayo 2012 por LilikPoco después del mediodía del pasado miércoles el 32 Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales tenía por segunda vez en su historia nombre de mujer y, coincidencia o no, procedía de la misma universidad que el de hace ahora un año, Harvard. Un par de horas después, Martha Nussbaum (Nueva York, 1947) ajena al ruido de cifras y alabanzas atendió a EL COMERCIO, entre clase y clase, desde la Universidad de Chicago donde ejerce cátedra. «Sólo unos minutos que tengo clase hasta las 11 de la noche», dijo antes de responder a un cuestionario urgente de una materia, la filosofía, que exige sosiego.
-¿Cómo se siente tras haber recibido el Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales? ¿Sabía algo del Premio y de su nominación?
-Estoy muy contenta y encantada. No sabía nada. Sólo que había sido finalista hace dos años, pero no era consciente de que estaba siendo considerada de nuevo para optar a él.
-Se da la casualidad que el anterior galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales, Howard Gardner, coincidió con usted en Harvard, ¿se conocen?
-Le conozco, pero nunca llegue estudiar con él, no compartíamos las mismas materias . Mi formación se desarrollaba en el departamento de filosofía, y en este departamento mis mentores principales fueron John Rawls y Bernard Williams.
-¿Por qué la democracia necesita de las humanidades?
-Las humanidades proporcionan tres ingredientes que cualquier sociedad decente necesita con urgencia: la capacidad socrática de examinarse a uno mismo y pensar críticamente, que no debe ser coartada ni por la autoridad, ni por las presiones. Especialmente en esta era de los medios de comunicación 'sound bites' (breves declaraciones que suenan bien) esta habilidad es más necesaria que nunca si queremos tener una cultura pública verdaderamente deliberativa y reflexiva. Otro sería la capacidad de pensar sobre los problemas universales como 'ciudadano del mundo', bien informado sobre la historia, la naturaleza de las principales religiones del planeta, y sobre la variedad de culturas. Por último, una imaginación cultivada, es decir, la capacidad de ver cómo el mundo mira a través de los ojos de personas muy diferentes de uno mismo. ¿Cómo podemos votar sobre políticas que afectan a otros sin antes saber cómo es el mundo en el que viven? Por lo tanto, es una cosa terrible que los programas de humanidades estén siendo recortados. Son parte esencial de la educación para todos los ciudadanos. En EE UU las damos a través de la asignatura 'artes liberales', donde todos los estudiantes tienen un tema principal que les prepara para una carrera concreta, pero también reciben cursos generales, incluyendo Humanidades, asignaturas que preparan para la ciudadanía y la vida.
-España es uno de los países que están recortando esa formación, ¿cómo afectará a nuestra sociedad?
-Podemos provocar que personas con formación técnica carezcan de pensamiento crítico, y que puedan llegar a estar de acuerdo con la autoridad sin pensar en lo que están haciendo. Esas personas dejan de ver el mundo a través de los ojos de los demás, y de esa manera, se pueden consentir hechos terribles, sin cargos de conciencia. En este aspecto he realizado un estudio sobre el estado indio de Gujarat, un lugar en el que durante mucho tiempo se desarrolló una educación puramente técnica, sin pensamiento crítico. El estudio mostró claramente unas tendencias alarmantes: la gente estuvo de acuerdo con una matanza de musulmanes inocentes, solo porque las autoridades gubernamentales les animaron a la revuelta . ¡Hay que luchar para que el futuro no se parezca a eso!
-La gente concibe la filosofía como una asignatura ardua, ¿cree que filósofos como su compatriota Lou Marinoff con trabajos como 'Más Platón, menos prozac' han logrado hacerla más accesible?
-Bueno, creo que lo mejor para empezar con la filosofía son en realidad 'los diálogos de Platón'. ¡Son tan intrigantes y tan divertidos de leer! Pero en cuanto a Marinoff, Lou hace un buen trabajo cuando trabaja directamente con la gente porque consigue que se involucren en el pensamiento crítico. Eso es más difícil de conseguir con un libro. La filosofía es una actividad interactiva socrática, necesita el intercambio directo. Una cosa que me gusta de Lou, es el énfasis que pone en el pensamiento crítico, en lugar de convertir al filósofo en un gurú de lo sublime, con pensamientos profundos. Esa concepción de la filosofía me parece subversiva... ¡Con todo lo bueno que la filosofía tiene que ofrecer!
-¿Cuál es el sentido de la filosofía hoy en día y en el futuro?
-Se trata de fortalecer las capacidades críticas y ayudar a la gente a pensar sobre qué es la justicia. Pero creo que también necesitamos un cultivo de las emociones y la imaginación, y éstas son suministradas por la literatura y las artes.
-Uno de sus temas predilectos es 'el choque de civilizaciones'. Si no es el extremismo religioso, ¿qué nos separa de otras civilizaciones?
-Creo que el verdadero choque de civilizaciones está en el interior de cada persona, en cómo la codicia y el narcisismo lidian con el respeto y el amor.
-Uno de sus libros se titula 'Justicia poética', ¿a qué se refiere cuando escribe acerca de algo tan utópico?
-Me refiero a plantearnos cómo las instituciones legales y los procedimientos judiciales deberían contar con una capacidad agudamente desarrollada de ponerse en el lugar de la persona a la que se juzga. En ese libro doy un montón de ejemplos de cómo juzgar el bien y el mal, centrándose en ese aspecto. Fuente: El Comercio