Podenco, en Cádiz, casi se derrite con las primeras caricias

La semana pasada, acurrucadito en medio de una carretera en una zona típica de caza, nos encontramos este pobre Podenco, asustadísimo y en los huesos. Intentamos sacarle de la carretera, pero en cuanto nos dábamos la vuelta volvía a acostarse otra vez en el mismo lugar, muy peligroso, pues justo estaba tras una curva con muy poca visibilidad. El perrito estaba en los huesos, así que le dimos de comer lo poco que llevábamos en el coche: un poco de jamón y unas avellanas, que deboró al instante. Estaba muy asustado, pero conseguí acercarme a su hocico y darle unas caricias. Su cara cambió al instante. Creo que nunca antes le habían dado una caricia. Se le cerraron los ojillos y hasta se le empezaron a doblar las patitas hasta que quedó casi acostado en el suelo. Un hombre de la zona nos contó que el perro llevaba acostado en ese mismo lugar de la carretera al menos un par de días. Yo creo que algún desalmado lo dejó allí tirado, como quien tira una colilla al suelo, y el pobre allí se quedó esperando a que lo volviesen a recoger.
Lo hemos llevado al veterinario. El perro tiene poco más de un año y no lleva chip. Le hemos vacunado y desparasitado por dentro y por fuera. Es un perro buenísimo, en un día ha aprendido a hacer sus necesidades fuera de casa. Sólo tiene ansiedad por la comida (¡a saber cuánto tiempo ha estado sin comer!), pero seguro que se le irá pasando poco a poco. Ahora mismo está en una residencia canina, ya que nosotras por razones laborales y personales nos nos lo podemos quedar y todas las protectoras a las que hemos llamado están completas y no pueden acogerle. Por favor, ayudadnos a encontrarle hogar a este pobre perrito de mirada triste.
Contacto: anafonturbel@hotmail.com / tlf: 630 938 302