Este mundo es tan cíclico que puedes inspirarte en un escándalo de la vida política austriaca que saltó a mediados de los años 80 y parecer que estás reflejando lo que leíste en el periódico hace un par de días.
Así, "Poder absoluto" presenta a un prestigioso político, posible candidato a la presidencia de su país salvo por un "insignificante" trapo que espera que alguien de las bases de su partido lave.
Obviando unos primeros minutos en escena con diálogos demasiado largos, los dos colegas protagonizan una sugerente historia de corrupción, engaño y poder público en este thriller político que no busca la denuncia directa, sino simplemente la exposición de una realidad demasiado humana.
Si os apetece una sesión de teatro de las que te ponen los pies en el suelo, estará en cartel hasta mediados de junio.