Revista Literatura
He querido compartir con ustedes, la entrevista que realice al destacado poeta, ensayista y crítico chileno Óscar Hahn, este año, en Febrero de 2012, y que apareció en la Antología de la Revista Rumana Orizont Literar Contemporan. Con motivo de haber ganado por segunda vez en Chile, el Premio Altazor 2012, galardón que los propios artistas dan a sus pares, por su obra “La primera oscuridad”. Entre sus obras, destacan “Esta rosa negra” (1961), “Mal de amor” (1981), “Flor de enamorados” (1984), “Estrellas fijas en un cielo blanco” (1988), “Antología virtual” (1996), “Hotel de las nostalgias” (2007) y “Archivo expiatorio” (2009), entre otras. ha sido reconocido con numerosos Premios como el que otorga la Casa de América de España, en 2006; el “José Lezama Lima” de Cuba, en 2008, y el Iberoamericano de Poesía “Pablo Neruda”, en 2011, por mencionar algunos.
¿Qué te estimulo en tu niñez para que escribieras poesía?
Bueno, yo creo que en mi niñez nada, porque yo empecé a escribir o hice el primer intento cuando tenia 16 años, y fue a raíz de un acróstico que una novia me pidió que le escribiera. Yo no sabia qué cosa era un acróstico, así que le pedí a un amigo mío que lo hiciera y lo presenté como mío. Yo no tenía ninguna relación con la poesía, cero, nada. Esta niña lo leyó, pero no me creyó que era mío, entonces me dijo: “A ver, escribe otro acróstico aquí mismo”. Cuando yo me vi en la situación de tener que hacerlo, lo hice. Me pareció raro que no me costara nada. Entonces dije: “Qué curioso, yo puedo hacer esto”. Ahí me di cuenta de que tenía ese don. A los dieciséis años, después de la historia del acróstico, escribí una serie de poemas. Eran como veinte. Los relei, pero no me gustaron y los tiré al agua en un rio.
¿Por qué no te gustaron esos poemas, no te sonaron?
Encontré que no me decían nada, que eran artificiosos, cerebrales, forzados, y me olvidé del asunto. Pensé: “Bueno quizás no sirvo para esto”. Pero resulta que un tiempo después me empezaron a salir otros versos que sí me gustaron y los conservé, y me puse a armar un poema, poco a poco, y así fue como empecé, eran versos que me surgían espontáneamente en la cabeza, no es que yo me propusiera escribir un poema. Y después siempre hice lo mismo, hasta ahora. Nunca me he sentado a escribir un poema frente a la página en blanco. Tengo que esperar que surjan estos fogonazos verbales que yo llamo “apariciones”.
¿A tus padres no les gustaba la poesía, no te incentivaban a leerla?
Mi padre murió cuando yo tenía cuatro años. Mi mamá era una gran lectora de novelas, no de poesía. Pero sin duda el suyo fue un ejemplo a seguir: el amor a la lectura. Es la imagen que tengo de ella ahora que ya no está con nosotros: mi madre con sus gafas puestas, siempre leyendo. Eso es fundamental en el desarrollo de un niño.
¿Qué estudiaste en la Universidad?
Estudie Pedagogía en Castellano en la Universidad de Chile, y cuando estaba allí, el año 1961, publiqué un libro con el titulo de “Esta rosa negra”. Este 2011 se cumplen 50 años de su publicación. Por eso ha sido reeditado por la editorial Pfeiffer. Viene con un CD del cantautor Patricio Anabalón. El musicalizó once poemas de una manera muy bella. Volviendo a lo de la Universidad, después hice un Master en la Universidad de Iowa y obtuve el Doctorado en Filosofía en la Universidad de Maryland. He vivido casi 40 años en Estados Unidos.
El año 1973 te detuvieron. ¿Estabas haciendo clases cuando fue el Golpe Militar aquí en Chile?
Estaba haciendo clases en Arica, en una sede que la Universidad de Chile tenía allí. Ya llevaba diez años en esa ciudad cuando fue el Golpe Militar de 1973. Yo tenia muchos amigos que eran de izquierda y otros que eran poetas. Los militares nos acusaron de ser subversivos y tomaron presos a varios, yo entre ellos. Estuve en la cárcel de Arica durante diez días, después intervinieron unos familiares influyentes y me soltaron, pero me tuve que ir del país al año siguiente, porque para mí era peligroso seguir en Chile.
Este año ganaste un premio importante.
Si, me dieron el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda.
La forma de relatar tu poesía como manifestación de la vida, la hace muy cercana a los lectores. También tu obra ha sido traducida al alemán y al ingles, haciéndose muy conocida en otras latitudes.
Parece que sí. He notado que mi poesía tiene una muy buena llegada entre los jóvenes. En estos momentos todos mis libros están traducidos al inglés, uno por uno. Ahora mismo me acaba de llegar el manuscritode la traducción de mi último libro, que se llama La primera oscuridad. El próximo año va a aparecer una antología mía en alemán. Otra ya se publicó en Grecia. Poemas sueltos están traducidos a varios idiomas. Hay algunos poemas míos traducidos al rumano. De hecho mi primer poema traducido a ese idioma la hizo mi querido y admirado amigo Marin Sorescu. Es un poema que se llama “El Viviente”. La tuve alguna vez, pero ya no la tengo. A lo mejor alguien la encuentra por ahí.
Al estar tanto tiempo afuera y volver a Chile, ¿te sentiste un poco desenraizado?
Totalmente. Como dije, he estado casi cuarenta años fuera de Chile y es muchísimo tiempo para cualquiera persona. Yo llego a Chile y me siento alienado. Mis amigos de antaño, excepto un puñado, ya no están aquí. Conozco a muy poca gente. A veces me siento como un extranjero en mi patria, aunque reconozco que no lo paso mal. Poco a poco me voy reencontrando con mis raíces. Lo positivo es que estoy empezando a ganar nuevos amigos.
Cuando estuviste fuera de Chile, viviste en ciudades grandes?
A ver, cuando estaba en Chile viví fundamentalmente en ciudades de provincia: Iquique, Valdivia, Rancagua, Arica, que en esos años tenían alrededor de 100.000 habitantes cada una. Fuera de Chile, viví tres años en Maryland y casi cuatro décadas en Iowa City. Este importante centro universitario y cultural tiene sólo sesenta mil habitantes. Hasta ahora, en Santiago he residido muy poco tiempo. Santiago tiene cinco millones y medio de habitantes. Iowa City es una ciudad que podríamos llamar “de provincia”, pero no es provinciana para nada. En cambio Santiago, a pesar de sus millones, sí lo es.
¿Es interesante la actividad poética en Iowa City?
Interesantísima, porque la Universidad tiene fama de ser muy literaria. De hecho hoy día tú escuchas hablar de Talleres Literarios. La idea misma de Taller Literario y el primer Taller que se hizo en el mundo, se inventó y se implementó ahí. Y empezó con la poesía. Antes no habíatalleres literarios en ninguna parte. Ahora todos hablan de Talleres Literarios como si hubieran existido desde siempre. Entre profesores y ex alumnos de la Universidad de Iowa hay más de 20 premios Pulitzer.
Tu tienes experiencias del estilo de vida norteamericano.
Indudablemente. Mis hijos menores son norteamericanos. Nacidos y criados allá y estudian en la Universidad de Iowa. Nunca han vivido en Chile. Lo han visitado, pero cuando llegan acá son casi como turistas. Durante mis años en Estados Unidos convivíamos mucho con losvecinos del lado o del frente. Hacíamos deportes,nos juntábamos todos en los patios de las casas en torno a unasado, organizábamos fiestas de cumpleaños, los niños se disfrazaban en Halloweeen, cosas así. No es como acá, que los patios tienen murallas. Allá los patios traseros son abiertos. El tuyo continúa en los patios de los vecinos que son personas de confianza. Se cuidan las casas mutuamente y se ayudan, por ejemplo, cuando hay una tempestad de nieve o un tornado.Lo recuerdo como una muy grata forma de convivencia.
Retomando la idea de un estilo manierista en tu obra.
Fundamentalmente, eso se aplica a Arte de morir, diría yo, que es de 1977 y que incluye los poemas de Esta Rosa Negra. Tiene un estilo más barroco que los libros siguientes, en los que tú puedes notar un alejamiento del manierismo a través de una expresión más directa y sin artificios.
Desde de tu visión de haber estado tanto tiempo afuera, ¿hay una corriente poética norteamericana que tu sigas?
Hay distintas tendencias igual que acá en Chile, pero yo siempre he optado por una poesía que llamo pluralista y que incorpora elementos de distintas tendencias, pero no se matricula con ninguna. Más que corrientes podría nombrarte algunos poetas que siempre leo: Emily Dickinson, Wallace Stevens, T. S. Eliot, e.e. Cummings, John O’Hara, John Berryman, Mark Strand y Charles Simic, entre otros.
Al ingresar a ver distintos sitios extranjeros de poesía en la web, con las primeras poesías con las que me encontraba eran las tuyas, pero en Chile no te conocía. Hace unos cinco años tu nombre no se escuchaba acá en Chile, no eras tan conocido como lo eres ahora, de hecho has aparecido en varias publicaciones. ¿Te sientes como para un premio como el Nobel?
No, porque pensar en los premios es muy nocivo para el escritor; es mejor no pensar en eso. Si alguien te da un premio, bueno, es fantástico, te alegras mucho, que fue lo que me pasó a mí con el Premio Pablo Neruda. Nunca pensé en ganarlo. El galardón, en dinero, es bastante alto, lo que es inusual tratándose de la poesía.Premios con mucho dinero generalmente los reciben los novelistas. Ahora, el Nobel, la verdad es que lo veo como algo inalcanzable. Nunca, ni en mis sueños más descabellados se me ha pasado por la mente un premio de esa magnitud.
Se habla que tu obra tiene cercanía a la obra de Jung.
El poeta y crítico Pedro Lastra asoció las visiones que aparecen en mi poema extenso “Imágenes nucleares” y otros del mismo tipo con las imágenes que Carl Jung llama “visionarias” y que se originan en el inconsciente colectivo. Tienen un cierto parecido a las imágenes surrealista, pero son algo distinto.
¿Encuentras a Chile encapsulado, en cuanto a sus expresiones poéticas?
¿Encapsulado en qué sentido?
A veces algunos poetas se refieren con mucha crudeza a algunas cosas, usando un lenguaje coloquial.
Bueno, hay un sector de la poesía chilena que utiliza un lenguaje coloquial coprolálico, pero es muy reducido. Hay otras manifestaciones que emplean el lenguaje conversacional de manera más moderada. En fin, todo cabe en la poesía, creo yo, si está al servicio de la eficacia del poema y no de la irreverencia por la irreverencia.
En tu poesía aparecen elementos apocalípticos.
Sí, hay muchos elementos apocalípticos en mi poesía. Tengo un libro que se llama Poemas Radiactivos que tienen que ver con el peligro de la guerra nuclear y la posibilidad de que se produzca un apocalipsis debido a las armas atómicas.
Renombrar o hacer que las personas tomen conciencia a través de la poesía, es bien sugerente. Hay un poema tuyo que tiene un epígrafe sacado del texto en sánscrito Mamsala Purva.
Es un epígrafe que tiene que ver con la destrucción de ciudades, en la antigüedad remota, hace miles de años. Es muy sorprendente porque la descripción es parecida a la explosión de una bomba atómica. En ese tiempo no existía una terminología que pudiera definir un evento así, sin embargo esetexto sanscrito habla de esta especie de bomba. Ni siquiera conocían la electricidad, sin embargo dice que arrojaron sobre la triple ciudad un proyectil único, cargado con la potencia del universo. ¿Qué mejor descripción de lo que es un arma nuclear, no?
¿Qué sentiste cuando pasó lo de Hiroshima?
Yo tenía siete años y me impuse de lo que había pasado por una conversación de sobremesa que hubo en mi casa, entre adultos. Yo era un niño chico que estaba jugando en el suelo y escuche hablar de esta bomba que había sido tirada en Hiroshima, causando una destrucción pavorosa. Dijeron que habían muerto doscientas mil personas y eso me impresiono muchísimo, tanto es así que tenia pesadillas apocalípticas casi todas las noches. Después, cuando crecí y me transforme en poeta, esos mismos elementos empezaron a aparecer en mis poemas.
Un fuerte elemento de cambio, se produjo en 1973, donde todo el mundo iba en una dirección y de repente dieron una vuelta y se fueron todos para otro lado.
En el ultimo libro mío, que salió este año, que se llama "La primera oscuridad", hay un poema que habla de lo que ocurrió en el Golpe Militar del 73, como si fuera el apocalipsis. Se llama “Revelación”. Revelación es uno de los nombres que tenia el Apocalipsis, en el sentido de revelar algo. Alude a la visión que tuvo San Juan. Para los chilenos hubo un cambio brutal en septiembre de 1973. Miles de compatriotas salieron al exilio, yo entre ellos. Muchos fueron encarcelados y asesinados por la dictadura del general Pinochet y su Junta militar.
Me imagino que tienes que haber leído muchos libros antiguos, ¿quizás la Biblia o la Torah?
La verdad es que no. Sólo conozco la Biblia y en particular el “Apocalipsis” que he releído en varias ocasiones. Fue después de leerlo por primera vez que escribí el poema “Reencarnación de los carniceros” que habla del fin del mundo a causa de la guerra.
Hay un libro tuyo que se llama Mal de Amor, que es muy lindo.
Ese fue el único libro de poemas que fue prohibido por la Junta Militar estando impreso y distribuido en las librerías.
Curioso. ¿Por qué lo prohibieron?
No se sabe. Nunca lo revelaron. Es incomprensible, porque sólo eran poemas de amor. Cuando el editor fue al Ministerio del Interior a preguntar por qué lo habían prohibido, le dijeron algo que no se me olvidó nunca: “Nosotros no damos explicaciones, damos órdenes”.
Si tuvieras que seleccionar algun poema, de esta última época, ¿cual sería tu favorito?
Uno de mis preferidos está en "La primera oscuridad". En ese libro hay un poema que a mí me llama la atención y que se llama “Cosas que se escuchan”. Tiene algo inquietante y fantasmal.
¿Qué estás haciendo actualmente acá en Chile?
Son cuatro actividades. Principalmente, escribo poemas cuando me salen. Además tengo una columna en el diario El Mercurio, soy miembro de la Academia Chilena de la Lengua y formo parte del directorio de la Fundación Pablo Neruda.
Conociste personalmente a Pablo Neruda, ¿que te pareció?
Conmigo fue siempre muy cariñoso, muy paternal. Yo era muy joven. Desde el principio mostró un interés autentico en mi poesía. Fue un gran estimulo para mí.
¿Cómo ves en Chile, en este minuto a las generaciones que están creando, los colectivos poéticos por ejemplo?
Bueno, hay de todo, hay gente muy valiosa y muy esforzada en los colectivos y hay otros que andan más preocupados de la figuración, de los premios y de la vida social en torno a la literatura, en vez de preocuparse de la creación, que es lo que deberían hacer.
¿Encuentras que hoy hay más facilidades para los poetas?
Sin duda. Ahí están todas las herramientas y páginas que proporciona Internet. Los poetas jóvenes y no tan jóvenes pueden hacer llegar sus poemas a miles de personas. Antes esa difusión era imposible. Si tú no te conseguías una editorial que te apoyara o si no pagabas por la publicación, no llegabas a ninguna parte. A lo más podías hacer copias a roneo para unas cincuenta personas, pero ahora el poeta se arma una página o un blog y entra en contacto con muchos blogueros no sólo de su país, sino también del extranjero.
¿Asistes a Ferias Literarias?
He asistido a varias, pero a mí no me gusta asistir a Ferias multitudinarias. Yo soy una persona muy reservada. Prefiero hacer mis lecturas en lugares pequeños, con poca gente, donde sólo van los que están realmente interesados y con los cuales se puede establecer un diálogo fructífero. Esos recitales donde hay 70 o más poetas leyendo un poema cada uno a mi me incomodan.
Tú hacías clases de Literatura Hispanoamericana.
Fui profesor de la Universidad de Iowa por más de 30 años. Enseñaba poesía hispanoamericana a nivel de pre-grado y de posgrado. Hacía algunos cursos panorámicos y otros específicos, entre ellos un curso sobre el amor en la poesía en lengua española. En narrativa dictaba clases sobre literatura fantástica.
¿Literatura Fantástica donde están autores famosos?
Si, Borges, Cortázar, Carlos Fuentes, Garcia Márquez, Bioy Casares, y también algunos escritores desconocidos que yo desempolvé. Hay dos libros míos sobre el tema:Fundadores del cuento fantástico hispanoamericano y Antología del cuento fantástico en el siglo XX. Al final todo esto terminó influyendo en mi poesía. En la última década hay muchos poemas míos que han sido calificados de fantásticos.
¿Cuál es, en tu perspectiva, la relación entre la creación poética y los problemas de la sociedad?
Los problemas de la sociedad deben ser denunciados por los movimientos sociales y resueltos por los políticos. Los poetas, en cuanto ciudadanos, tienen las mismas obligaciones que los demás. Ahora, si les nace desde adentro, pueden hacerse eco de esos problemas en sus poemas, pero no tienen que sentirse obligados a hacerlo. La protesta contra la guerra es una temática permanente en mi poesía. La realizo porque surge de una necesidad interior y no porque alguien me la imponga. Se origina en una conciencia ética y no está relacionada con ninguna posición política en particular.
Desde tu punto de vista, tu ars poetica es: a) modernista; b) post-modernista, o de otra orientacion estética.
Supongo que cuando dices “modernismo” aludes a lo que nosotros llamamos “vanguardismo”, y que con la expresión “post-modernista” te refieres a la Posmodernidad, es decir, a la cultura a partir de los años 70 del siglo XX. Hago esta aclaración porque en la literatura hispanoamericana ”modernismo y “posmodernismo” tienen que ver con períodos anteriores. Ahora bien, he descrito mi poesía como “pluralista”, en el sentido de que en ella convergen una pluralidad de estéticas. Por así decirlo, tomo un poco de diversas tendencias, por muy contradictorias que sean entre ellas. Por ejemplo, en un mismo libro mío se pueden encontrar poemas de cuño medieval junto con otros que son barrocos, y también poemas que usan el lenguaje coloquial junto a textos que emplean una dicción más literaria. No me matriculo con ninguna ars poética en particular.