De buen seguro que los cementerios serían lugares más agradables y ecológicos si la gente tuviera en cuenta iniciativas como la de la diseñadora francesa Margaux Ruyant. El gadget en cuestión se llama Poetree, y se trata ni más ni menos que de una urna funeraria pensada para que un árbol crezca desde las cenizas de nuestros difuntos. Una idea inspiradora y romántica que alimenta el ciclo natural: de la muerte surge la vida.
El Poetree es un anillo de cerámica que contiene los datos del fallecido, y bajo él aloja un contenedor de corcho con un tapón. Dentro crecerá un boj común (Buxus sempervirens) en una maceta biodegradable. La imagen de abajo muestra muy gráficamente el ciclo: una vez depositadas las cenizas en el interior de la urna, plantamos el árbol. Cuando haya alcanzado cierto nivel de crecimiento, la urna será enterrada y el contenedor de corcho desaparecerá por degradación natural dejando visible el anillo de cerámica con los datos del difunto.
Una idea sencilla pero con un simbolismo poderoso y que sin duda aboga por un cambio en nuestra manera de percibir la muerte y todo el negocio que la rodea. ¡Genial!
- Imágenes: Margaux Ruyant
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