Revista Maternidad

Polémica Tenemos Tetas - Una mamá española en Alemania

Por Tenemostetas
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En la línea de las tradicionales polémicas periodísticas, quiero publicar hoy una respuesta al artículo que Mamá en Alemania publicó en su blog, aludiendo al articulo de María Berrozpe llamado "Sobre feminismo y bebés" que publicamos aquí en Tenemos Tetas.
La intención es la de propiciar un intercambio intelectual sobre un tema que levanta muchas pasiones y que toca aspectos emocionales muy profundos en muchas madres y padres. Y que debería llevar a un desarrollo de medidas sociales que permitan que todas las familias reciban el apoyo del Estado y de la sociedad en su conjunto, para que cada una pueda realmente criar a sus hijos de la forma en que creen mejor.
Creo sinceramente que la primera crianza, ese tema tan silenciado y confinado al mundo invisible y desprestigiado de las "tareas domésticas", es una de las tareas más importantes de la sociedad, sino la más.
Debatir en el marco del respeto y de la libertad de expresión es sano, y creo que puede contribuir -aunque sea muy modestamente- a darle visibilidad a estos temas tan importantes que merecen ampliar su lugar en la agenda de la opinión pública.
Para seguir la polémica completa, leer en este orden:
1.- "Elizabeth Badinter: las claves del debate", por Ileana Medina Hernández
2.- "Sobre feminismo y bebés", por María Berrozpe
3.- "Mujer vs. Madre", por Una mamá española en Alemania
4.- Unas respuestas..., por María Berrozpe*:
Polémica Tenemos Tetas - Una mamá española en AlemaniaEn noviembre del 2009 mi Amiga Pepa - una gran periodista, madre de mellizos y residente en Suiza - escribió este artículo. Recuerdo que lo leí y me sentí insultada por una frase que había escrito: “Tendríamos que tener el derecho a elegir si queremos ser sólo madres-cocineras-chófer o bien otra cosa.” Ese “solo” me llegó al alma. Como me había mandado un borrador antes de publicarlo le pedí que sacara ese “SOLO”. Entendió mis razones y lo hizo. A pesar de todo sentí que no comulgaba con su manera de ver las cosas y sentí la necesidad de escribir lo que yo pensaba. Desde el nacimiento de mi primer hijo mi antiguo concepto de la maternidad empezó a desmoronarse y a evolucionar hasta llegar a consolidarse en el actual. Parte de mis conclusiones las plasmé en el artículo: “sobre feminismo y bebés”.
De hecho “Sobre feminismo y bebés” empezó siendo sólo una nota de desahogo en Facebook. No iba dirigida ni mucho menos al gran público (yo, a diferencia de mi amiga Pepa, no soy periodista). Sólo necesitaba ver sobre el papel (o la pantalla, en este caso) lo que pensaba y sentía. Durante cinco años he estado leyendo, estudiando y aprendiendo: Odent, Gonzalez, Jové, Gutman, Chamberlain, Gehard, ….. e incluso cursos “on line” sobre desarrollo infantil y alimentación. Todo intentando mejorar mi capacidad para ejercer esta nueva profesión: la maternidad. Leyendo, reflexionando y ejerciendo me fui haciendo mi propio concepto de lo que es ser una madre: una buena madre. La madre que necesita mi bebé.
Un día- navegando, navegando- fui a parar al estupendo artículo de Ileana en su blog “Tenemos tetas”: “Elisabeth Badinter: las claves del debate”.
Me di cuenta de que no había sido nada original al escribir “Sobre feminismo y bebés” y que ya existía toda una corriente feminista defendiendo esa visión de la maternidad. Me encantó la idea de unirme a esa corriente y me sumergí en el blog Tenemos Tetas. Así pude tambien conocer otras muchas mujeres que habían llegado a las mismas conclusiones que yo. Cuando Ileana me pidió publicar mi artículo en su blog me sentí muy halagada.
Ayer Ileana me mandó el artículo publicado en el blog: Una mamá española en Alemania. Al principio parecía que sus críticas iban dirigidas al artículo ya mencionado de la misma Ileana, pero al ir leyéndolo se fue dando cuenta de que, en realidad, se citaban párrafos de mi artículo. Aunque Ileana ya debatió y defendió su postura con unas palabras con las que yo también me identifico, me gustaría responder personalmente algunas afirmaciones de esta mamá española en Alemania:
1- “¿Realmente es feminista afirmar que “El coito para nosotras sólo es el principio de una amplísima y larguísima experiencia sexual: la maternidad”?”
No entiendo la relación de esta afirmación con el feminismo ni la falta de él. Creo que el embarazo y el parto y la lactancia también son partes de nuestra vida sexual, al igual que el coito. Eso es independiente del disfrute del coito como tal. De la misma manera que comemos para sobrevivir pero comer también es un placer en sí mismo – de hecho la cocina es un arte- el coito es un placer para disfrutar, dentro de nuestra libertad y al margen de su función reproductora. Que nosotras podamos utilizarlo independientemente de las otras partes de nuestra vida sexual no significa que las otras tengan menos importancia cuando se dan, ni que no se deban vivir como parte de nuestra sexualidad. Todas las mujeres que hemos vivido un “parto fisiológico y natural” sabemos que es una intensa experiencia sexual. Y la lactancia también: para la madre y el bebé. En todos estos procesos trabajan las mismas hormonas. Yo sólo reivindico el derecho a vivir nuestra sexualidad al completo. No desmerezco el coito en sí mismo, sólo digo que para nosotras sólo es una parte, no el todo.
2- "¿Cómo se puede afirmar por un lado que el bebé te necesita constantemente, que tu atención tiene que estar centrada en él a todas horas, que el momento de dar el pecho es algo especial que requiere concentración, calma e intimidad y por otro afirmar que la ministra bien podría haberse puesto a dar de mamar a su retoño (o cambiarle los pañales o calmarle en medio de un cólico) en una reunión del congreso? ¿En qué quedamos, se puede o no se puede? No se puede decir llueve y no llueve para ganar adeptos. O llueve o no llueve."
Yo defiendo el derecho de la madre a reincorporarse a su vida pública y profesional con su bebé. A que no se vea aislada simplemente por la necesidad de su hijo de estar con ella. Para esto no sólo es necesaria una baja maternal de 6 meses (como mínimo). Para algunas mujeres también podría ser muy ventajoso el hecho de que se viera con naturalidad (y sin críticas ni escandalizaciones) que se presentaran en su puesto de trabajo con su bebé, en lugar de tener que separarse de él. El hecho de que la lactancia sea parte de nuestra vida sexual no significa que estemos en éxtasis cada vez que damos de mamar. Habrá condiciones en las que una toma se convierta en un momento muy íntimo y especial. Pero otras tomas se hacen en público, mientras hablas con otra gente o tú misma comes algo. No veo el problema ni la incongruencia de ambas situaciones.
3- "¿Por qué, entonces, esa necesidad de demonizar lo otro para justificar lo nuestro? "
No era mi intención “demonizar” a nadie. En este artículo solo quise exponer mi visión de la maternidad y reivindicar el derecho a poder practicarla. No digo que yo sea mejor madre que las que dan el biberón o ponen a su hijo en la cuna en otra habitación desde el primer día. Pero sí que soy mejor madre que si yo pusiera a mi hijo a dormir en otra habitación y le diera el biberón. Como he llegado a esa conclusión, quiero poder ejercer la maternidad de la mejor manera posible bajo mi punto de vista, quiero que se me respete por ello y se me apoye TANTO como a las que han optado por ejercer su maternidad de otra manera.
4- "Lo que yo quería dejar claro (a raíz del libro además) es que hay un tipo de ideología mal llamada feminista, pero sí naturista, que ha pasado de gritar "quiero dar la teta dónde y como quiera y dormir con mi hijo y blbalabla" (que yo apoyo totalmente y me parece perfecto) a gritar "hay que dar la teta aquí y así y si no lo haces es porque no quieres a tu hijo" y eso sí que no... O sea, que "valen" menos los besos y abrazos de las del biberón simplemente porque dan biberón."
En eso estoy de acuerdo, cada una tiene que ejercer la maternidad como mejor le parezca. Pero me gustaría hacer una puntualización: todas las decisiones referentes a nuestra manera de ejercer la maternidad deberían basarse en un profundo conocimiento del tema. Es evidente que no viene mal informarse muy bien de las consecuencias de todas las decisiones que tomes respecto a tu hijo. Parece que tienes que estudiar años para se médico, biólogo, abogado o economista pero que para ser padre/madre ya naciste sabiendo y eso no es verdad. Muchas veces hacemos cosas porque “todo el mundo lo hace desde siempre” y con la excusa no profundizamos en las consecuencias. Pues bien, creo que todos y todas deberíamos aprovechar nuestra inteligencia y capacidad de aprendizaje y aplicarlas también a la maternidad/paternidad. A partir de ahí, todas las decisiones tomadas basadas en el conocimiento y el profundo amor que tenemos por nuestros hijos serán acertadas.
5- "El caso es que todo esto lo fundamentan en la biología y la selección natural y blablabla y como sigan así, vamos a volver a como estábamos hace un par de siglos y lo peor de todo es que lo vamos a hacer convencidos de que es lo mejor del mundo: las mujeres en casa y los hombres de caza."
Hace un par de siglos estábamos fatal. Totalmente en contra de los “fundamentos de la biología y bla, bla, bla”…… Fue una época donde según su posición social una mujer se veía obligada a abandonar a sus hijos en manos de las llamadas “amas de cría” porque no estaba bien visto que ellas criaran a sus hijos. Precisamente esto lo ha utilizado Badinter como prueba de que el instinto maternal no existe…. En fin. Rebatir este argumento requiere un artículo por si mismo y no voy a meterme a ello aquí. No quiero alargarme tanto. Ileana ya hace referencia a todo esto en su blog de una manera brillantísima.
6- "Así que dejen ya el paternalismo ese que rezuman en plan "mujer, en realidad tú trabajas o eliges otras cosas porque estás sometida a los hombres, no sabes lo que quieres, pero la biología dice que tú lo que quieres es quedarte en casa y cuidar a tus hijos, lo que pasa es que no te has dado cuenta todavía". Y así, mal vamos. "
Como la sociedad es machista y patriarcal, si queremos tener una posición de igualdad en ella tenemos que masculinizarnos. Si la sociedad fuera más igualitaria – y con ello me refiero a respetar igualmente las necesidades de ambos sexos en todos los aspectos- la mujer podría tener su posición sin necesidad de masculinizarse. Una mujer no necesita ser madre para realizarse, pero una mujer que decide ser madre necesita poder ejercer esa maternidad tal como le dicta su instinto y su inteligencia. En una sociedad igualitaria realmente todas podríamos ejercer nuestra maternidad sin sentirnos ni culpables, ni presionadas y sin perder nuestro prestigio profesional y social. La imagen de la mujer en casa y el hombre cazando es exactamente el modelo de sociedad machista y este no es el único modelo de sociedad posible.
7- "Los argumentos que estáis utilizando en España para conseguir algo que tendría que ser posible desde hace tiempo, son los que se utilizaron aquí hace más de 3 décadas (lo natural es esto, las necesidades del bebé, lo mejor es blablabla). Y las formas igual: "abandonar", "arrancar"... Palabras y expresiones que no son necesarias, porque además así lo único que le estáis diciendo a una mujer que se pone a trabajar porque le da la gana es que está abandonando a su hijo, por ejemplo. No se puede decir simplemente "dejar"? Así no se sentiría mal nadie. Y los resultados aquí son catastróficos: La tasa más baja de natalidad de toda Europa, para empezar. "
Supongo que este párrafo hace referencia a la siguiente parte de mi artículo:
“Así, las mujeres que no quieren desaparecer de la vida laboral se ven obligadas a abandonar a sus hijos a los cuatro meses de edad – si no antes – en manos ajenas. Y si la palabra “abandonar” os parece muy fuerte, preguntad al bebé como se siente. Preguntadle que tal le sienta cuando, ya en el parto, le arrancan (la mayoría de las veces de una manera traumática) del único mundo que conoce (el vientre de su madre), le manipulan lejos de ella y no puede ni oírla, ni olerla, ni sentirla, ni verla.”
Bien, pues siento en el alma que la palabra “abandonar” os suene fuerte y os parezca insultante, pero estoy hablando desde la perspectiva del bebé y él sí se siente abandonado. El no puede saber que su madre no está porque se ha ido a trabajar, que volverá y que le quiere mucho. Es un bebé. El sólo vive el ahora. Cuando está sólo llorando en su cuna se siente abandonado. Por lo menos eso es lo que demuestran los estudios donde se ve el incremento de los niveles de cortisol (hormona del estrés) en los bebés en estas situaciones (Sue Gerhard. El amor maternal. La influencia del afecto en el desarrollo mental y emocional del bebé. Ed. Aldesa 2004) Es así de simple. Dije abandonar porque quería hacer énfasis en los sentimientos del bebé y porque quería hacer hincapié en la conexión que yo creo que existe entre la teoría de la herida primal de Nancy Verrier y los problemas derivados de la falta de la madre no sólo en los casos de abandono/adopción. También dije “arrancar” al bebé de su madre en los casos de los partos traumáticos y mal intervenidos ya que esta es la expresión que las propias madres víctimas de estas intervenciones, han usado. Son palabras duras que expresan exactamente lo que quiero expresar. Vuelvo a puntualizar: no quiero decir que la madre abandone realmente a su bebé – ella le quiere y va a volver a por él- sino que eso es lo que siente el bebé. Si una madre se siente insultada por esta frase tal vez es porque ella también siente que está abandonando a su bebé.
Por último me gustaría aclarar que yo no intento adoctrinar a nadie. Sólo expongo mi punto de vista, el cual es fruto, no sólo de bastante estudio e investigación sobre el tema, sino también de mi propia experiencia personal. Desde luego, lo que no quiero en absoluto es faltarle al respeto a nadie. Como comentaba alguien en una de las respuestas a “mamá española en alemania”, estamos todas en el mismo barco. No se trata ahora de crear corrientes antagonistas y enfrentadas. Se trata de poner en común lo que todas y todos aprendemos en nuestra experiencia maternal o paternal. Siempre será enriquecedor para todos.

*María Berrozpe es una mamá española en  Suiza, doctora en Ciencias Biológicas, y monitora de La Liga de la Leche.

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