Revista Cultura y Ocio

Política criminal

Publicado el 08 mayo 2012 por Rubencastillo

Política criminal


En el mundo de la novela negra hay tal cantidad de tendencias, líneas de actuación, posibilidades narrativas y mezcla de ingredientes que parece difícil que alguien pueda encontrar un camino personal, distinto, reconocible. Se ha mezclado al asesinato la gastronomía, el esoterismo, la política, la psicología y la psiquiatría, por citar algunos territorios paradigmáticos. Seguro que los ejemplos están en la mente de muchos lectores y que no será preciso insistir demasiado (las exquisiteces culinarias de Manuel Vázquez Montalbán y de su imborrable Pepe Carvalho; las aventuras internacionalmente conocidas de Wallander, orquestadas por el siempre eficaz Henning Mankell; las sugerentes propuestas de la norteamericana Donna Leon; las brillantísimas aproximaciones al género que ha protagonizado Lorenzo Silva; etc).Joaquín Lloréns (escritor nacido en Bilbao en 1962) ha encontrado un sendero muy personal, que ha vertebrado alrededor de Beatriz, una “investigadora licenciosa” que llena de erotismo sus páginas. Un erotismo denso, plástico, colorista y descarnado, capaz de trastornar a cualquiera que tome el libro entre sus manos. Así, los lectores irán comprobando cómo su sensual protagonista besa con lengua a la prostituta Mireia (p.22), hace el amor con su padre adoptivo (p.59), se acuesta con el hijo del mayordomo (p.93), le hace una felación a Julio (p.232) o actúa de bisagra en un trío explosivo con un camarero y un policía (p.235). Pero que nadie se llame a engaño imaginándose que los atractivos de esta larga novela se circunscriben a esas pinceladas de sexo explícito. Ni mucho menos. Joaquín Lloréns, con habilidad de buen narrador, nos presenta desde el principio de la trama un enigma magnético y desconcertante: una misteriosa organización que se hace llamar a sí misma “Hermandad para la regeneración democrática” envía una serie de cartas donde lo que brilla no es tanto el idealismo como el chantaje: indica con claridad a los receptores (uno de ellos, el padre adoptivo de Beatriz) que deben sumarse a su campaña de purificación... matando a una persona corrupta del mundo político. Si no lo hacen así serán considerados desafectos a la causa, y ellos o alguna persona de su entorno sufrirán el castigo correspondiente. La pregunta que nos queda entonces a los lectores de la obra es clarísima: ¿cómo actuaríamos nosotros ante una tesitura de tal envergadura? En resumen, ¿qué hacer ante una amenaza de ese orden? ¿Obedecer, denunciar, rebelarse? Usando todas las armas a su alcance (su cuerpo, pero también su habilidad, su intrepidez y su inteligencia), Beatriz viajará por varias ciudades para conocer a los principales sospechosos, que se conectan entre sí por dos vinculaciones chocantes: pertenecen al mundo de las inmobiliarias y han mostrado en algún momento simpatía por el partido UPyD, fundado en el año 2007. ¿Es posible que esa organización política se encuentre detrás de la oscura y amenazante hermandad? Todos hemos sospechado alguna vez que bajo el paraguas idealizado de los partidos políticos se camuflaban altas dosis de hipocresía, fraude, venalidad, amiguismo, amortización de favores, corruptelas, abusos de poder, jactancias, humillaciones, puñaladas por la espalda, zancadillas sonrientes y hasta degüellos simbólicos. Pero lo que se llega a barajar en algunas páginas de esta novela es que uno de esos partidos (el fundado por la disidente socialista Rosa Díez) se ha podido ver envuelto en sucesos mucho más claramente tipificados en el código penal.Cuando empiezan a aparecer las primeras víctimas (un antiguo concejal del PSOE, la esposa de uno de los amenazados, un exministro), los políticos, la prensa, la policía y la opinión pública se alertan escandalosamente: hay que poner coto a esta locura y descubrir a los culpables. Se inician de ese modo unas torpes investigaciones que, en realidad, no llegan a ningún sitio... La habilidosa Beatriz, moviéndose al margen de esa investigación oficial, consigue una pista fiable, de cuyos hilos tira, a pesar del peligro en el que llega a verse inmersa. Lo que descubre es tan sorprendente que ningún lector se sentirá defraudado por haber invertido su tiempo en las casi cuatrocientas páginas de esta fabulación. No hay duda de que Joaquín Lloréns ha elaborado una obra primorosa, que nos hace esperar ansiosos su siguiente entrega, titulada Venganza criminal y que aún no ha visto la luz. Ojalá no se demore demasiado su bautizo.


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