Tache lo que no proceda.
Una de las afirmaciones de esta cueva de trolls es que el Reino de Castilla era el más pobre de Europa en el siglo XV. Basan sus afirmaciones en citas de descripciones de lo despoblada que estaba la Meseta Central. Sin embargo pasan por alto otro tipo de referencias. No se les puede culpar: hacen un análisis partiendo de unas coordenadas ideológicas que por una parte beben directamente de la Leyenda Negra, y por la otra extienden el concepto de España a Castilla, cuando durante la Reconquista, todos los reinos se decían españoles y no pocas casas reales aspiraban a tener la primacía de España. Además, esto ocurrió desde el minuto uno de la Reconquista, si no, ¿a cuento de qué los carolingios iban a llamar "Marca Hispánica" a los señoríos pirenaicos? Al tema, que me disperso.
Catedral de León.
Castilla en el siglo XV era el reino más próspero de Europa no por azar ni magia, sino por la historia precedente. En época de Fernando III se unen las coronas de León y de Castilla. El viejo reino del noroeste, León, protagonista de la primera mitad de la Reconquista, el territorio más poblado y con los lugares más protegidos de los asaltos de la morería (mirad en un mapa dónde están las cordilleras) se une a Castilla, un reino sólo un poco más joven, asentado en la Bardulia, justo en una localización geográfica clave entre los picos de Europa y los Pirineos. Estamos en el siglo XII y XIII, la lana era el petróleo de la época. Los reinos cristianos, obligados por la forma de hacer la guerra de los musulmanes, a depender de la ganadería, se unen en una única corona. La gran producción lanar de la meseta norte, encuentra en Castilla una salida natural al mar. Durante siglos, Bilbao es el puerto de Burgos. Las ciudades castellanoleonesas comercian con el resto del mundo usando los puertos vizcaínos. Este pujante comercio castellano con el norte de Europa, lleva de la mano aspiraciones políticas.Fernando III se casa con Beatriz de Suabia, de la familia imperial germana. Sus descendientes aspiran, con motivos, al trono imperial. Tal es así, que Alfonso X le busca novia a su hermano Felipe (arzobispo de Sevilla). No le encuentra una hija despistada de un noble francés o lo emparenta con los normandos ingleses. No. Le casa con la heredera de Haakon IV de Noruega. Siglo XIII: Castilla estableciendo embajada en Noruega y los noruegos haciendo lo propio en Castilla. El objetivo era meterse directamente en la línea de salida del trono imperial. Vaya, parece que Castilla no era tan irrelevante. Pero incidamos en la idea.

Castillo de Almodóvar del Río (Córdoba).
Finales del siglo XIII, no solo existe un importante comercio castellano con el norte de Europa (de Flandes al mar Báltico), sino también por el Mediterráneo para traer especias de Oriente. El problema es que en el Mediterráneo los piratas turcos y berberiscos elevan los costes de transporte. Enrique III —según los trolls, el rey más pobre de Europa— aplica la máxima "los enemigos de mis enemigos son mis amigos" y envía unos embajadores a Samarcanda, en Uzbekistán (!!!). A ver cómo se podría aliar Castilla con la Horda para medirles el lomo a los turcos. Siglo XIV: Castilla estableciendo embajada en Asia Central. Esto choca bastante con la idea de que Castilla era el reino más pobre de Europa. Payo Gómez de Sotomayor encabeza una embajada que cae en poder de los turcos de Bayaceto I. Sin embargo, para fortuna de mi paisano, los turcos sufren una importante derrota en Anatolia ante los mongoles, que liberan a los prisioneros castellanos y aceptan a la embajada.
Memoria histórica en el callejero uzbeko.
Las relaciones entre Castilla y el Imperio Mongol de Tamerlán se establecen con tal inteligencia y fortuna, que mi paisano Payo Gómez vuelve casado con una noble griega que también fue liberada de los malvados turcos. Enrique III, muy pobre él, arma naves en el Puerto de Santa María y envía otra embajada, esta vez más pertrechada para evitar a los turcos (o en caso de encontrarse con ellos, vender caras sus pieles). Esta segunda embajada es la famosa "Embajada a Tamerlán" capitaneada por Ruy González de Clavijo y de cuyas vicisitudes tenemos buena cuenta por el libro de viajes que se escribió al respecto, el cual, menos imaginativo que el de Marco Polo, no alcanzó la fama de este, entre otras cosas porque los encargados de dar a conocer tales hechos, prefirieron extender la Leyenda Negra hacia la Edad Media castellana.
Mausoleo de Tamerlán, Samarcanda (Uzbekistán).
Aparece en el Quijote el detalle de que en China y en España se tocan campanas pero por el medio no hay campanas. La pronta muerte de Tamerlán y la extraña política de administraciones públicas de la Horda hacen caer en saco roto las relaciones entre Castilla y los mongoles. El Mediterráneo continuaría siendo pasto de los piratas turcos hasta Lepanto, famosa batalla en la que mordieron el polvo. Retrasar la muerte de Tamerlán sería un interesante ejercicio ucrónico: el Quijote diría que las campanas suenan en toda Eurasia. Casi nada.Durante el reinado de Enrique III, entre atacar bases terroristas en el norte de África, anexionar las Canarias, enviar embajadas al Gran Khan y casi nombrar a Benedicto XIII Papa, "el reino más pobre de Europa" todavía tuvo tiempo para participar en la guerra de los cien años, como su padre Juan I. Tanto ingleses como franceses sabían que el apoyo castellano era decisivo para su causa. En muchas ocasiones, que en las familias reales francesa e inglesa hubiera nobles españoles se usaba como artimaña para ganar la voluntad de las armas castellanas. Enrique finalmente tomó partido por las aspiraciones francesas. Gutierrez de Games da cuenta de una flota castellana de cuarenta y tres naves que toman la isla de Jersey, la de Wight, campean por Cornualles y llegan hasta Greenwich, en las afueras de Londres. Como Enrique IV de Inglaterra estaba emparentado con Enrique de Castilla la cosa no fue a más. El botín obtenido pagó la campaña y los franceses olvidaron pronto la ayuda castellana.
En fin, podría seguir hablando de órdenes de caballería castellanas levantando fortificaciones en el Danubio o de pararles los pies a Portugal (con la consecuencia de convertirles en una potencia marítima), pero valgan estas anécdotas para desmentir que Castilla llega al siglo XV como "el reino más pobre de Europa".