Revista Salud y Bienestar

Política y protestas: lo que vale y lo que no vale

Por David Ormeño @Arcanus_tco

El pasado 15 de agosto, saltó una noticia preocupante: el Departamento de Justicia estadounidense había enviado una orden de registro a una compañía de alojamiento web, DreamHost, demandando todos los datos disponibles, incluidas direcciones IP, de los 1.3 millones de visitantes a la página DisruptJ20, que funcionó como aglutinadora de las marchas de protesta el día de la toma de posesión del presidente Donald Trump en Washington.

Las alertas se encendieron inmediatamente, al tiempo que DreamHost anunciaba que apelaría la orden: ¿es de alguna manera legítimo que el gobierno de un país democrático con libertad de expresión pretenda solicitar datos sobre los visitantes a una página de protesta contra su presidente?

Tras la polémica en los tribunales, el Departamento de Justicia ha decidido retirar su petición, y explicar que no tenía ningún interés en los visitantes de la página, sino únicamente en los que la hubiesen podido utilizar para coordinar protestas y acciones violentas. La retirada de la petición supone un triunfo para DreamHost, que podría haber simplemente tratado el asunto de manera discreta y haber suministrado los datos solicitados al Departamento de Justicia, pero decidió resistirse y apelar la orden de registro por respeto a la privacidad de sus usuarios.

Que un presidente como Donald Trump intentase crear un registro de disidentes o de personas críticas con su gobierno entraría dentro de lo imaginable, y más aún después del fiasco que supuso la ceremonia de su toma de posesión, con cuya audiencia y asistencia parecía completamente obsesionado. Sin embargo, las actividades de protesta o de contestación al gobierno son, como no podría ser de otra manera, completamente legales en los Estados Unidos, y la idea de solicitar los datos de los visitantes a una página de protesta resulta directamente demencial. Durante la toma de posesión, que concentraron a varios miles de personas en unas veinte acciones de protesta que habían solicitado los debidos permisos y que tuvieron lugar mayoritariamente de forma pacífica, aunque se produjeron algunas acciones aisladas de violencia que dejaron como resultado el arresto de unas doscientas personas. Muy poco saldo para justificar una acción como la solicitada en la orden de registro, en la que se solicitaba los datos de todos los visitantes a la página, y que independientemente de las pretensiones de la administración, y se se convertía así en un claro exceso de celo en la investigación y en un evidente abuso de la autoridad gubernamental que evocaba las listas negras, las persecuciones políticas y las cazas de brujas habituales en regímenes no democráticos.

Según el escrito del gobierno, la página web no era sólo un medio para difundir públicamente la información de las protestas, sino también un medio para coordinar y comunicar en privado a un grupo de personas entre cuyas intenciones se incluía la planificación de acciones violentas. Tras las protestas de DreamHost, el Departamento de Justicia afirmó no haberse dado cuenta de la magnitud de su petición y de que abarcase a más de 1.3 millones de usuarios, y aseguró estar interesado únicamente en un pequeño y selecto grupo de personas, una afirmación cuya veracidad ha sido lógicamente puesta en duda por los abogados de la contraparte.

En la web, todo lo que hacemos queda recogido en algún fichero log. Solicitar datos de esos ficheros para identificar a los participantes en una acción determinada es algo que tiene que justificarse muy bien en virtud de la importancia del delito presuntamente cometido. En política, al menos en países con tradición democrática y separación de poderes, solicitar los datos de los visitantes a una página de protesta contra el gobierno, independientemente de que algunas de esas protestas terminasen en algunas acciones de violencia, es algo que tiene un aspecto directamente siniestro. Una vez más, uno de esos "pequeños detalles sin importancia" del alucinante - y esperemos que fugaz - paso por la Casa Blanca de un impresentable llamado Donald Trump...


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