Pollo a la cerveza (receta de Alemania)

Encontrar las palabras “pollo” y “cerveza” en una misma receta vaticina un éxito casi asegurado. Pero si a esto le unimos unos toques de cocina centroeuropea, nos encontramos con una receta original y diferente, con aires septentrionales que preparan la venida del Invierno.

En España es muy común cocinar con vino, pero algunas veces si no he tenido un vino a mano para cocinar, he utilizado cerveza, y la verdad es que el sabor que le da a los guisos, por ejemplo a estos champiñones en salsa de cerveza, y a las verduras en general es realmente rico.

Cuando me enteré de que el blog elegido para ser asaltado este mes en el reto el Asaltablogs era el de Sandra Castro, una gallega que vive desde hace tiempo en tierras alemanas, tenía claro que la receta que elegiría para llevarme como botín, sería una con sabor a Alemania.

El blog Apfelstrudelkuchen esconde tras ese nombre que al principio cuesta un poco pronunciar un montón de recetas interesantes de todo tipo, tanto dulces como saladas, muchas de ellas con influencias de su país de adopción. Os recomiendo que os paséis a visitarlo.

Cuando vi que su receta de pollo a la cerveza era en realidad, una receta típica de la cocina alemana, supe que iba a ser la que se viniera conmigo a El Caldero.

El único cambio que le he hecho a la receta ha sido añadir una hoja de laurel al guiso, porque me parecía que iba a encajar muy bien con el resto de sabores. Y así fue.

Ingredientes: (2 personas)

• 2 muslos de pollo (con sus contramuslos)
• 1 cebolla pequeña
• 2 dientes de ajo
• 1 lata de cerveza
• 1 cucharada de harina
• 1 yema de huevo
• 250 ml. de leche
• 1 clavo de olor
• 1 hoja de laurel
• Aceite de oliva
• Pimienta blanca
• sal

Elaboración:

Elegiremos una cazuela con fondo suficiente para meter los muslos de pollo, pondremos tres o cuatro cucharadas de aceite de oliva, salpimentaremos al gusto y freiremos el pollo hasta que esté dorado.

Mientras que el pollo se fríe, picamos finamente el ajo y la cebolla.

Cuando el pollo esté listo, lo sacamos a un plato y pochamos, el clavo de olor, la hoja de laurel y la cebolla y el ajo en el mismo aceite donde hemos cocinado el pollo. Cuando la cebolla comience a ponerse transparente, volvemos a incorporar el pollo a la cazuela, y cocinamos un par de minutos más.

Incorporamos ahora la cerveza y subimos el fuego hasta que hierva. En cuanto rompa a hervir, bajamos el fuego al mínimo, tapamos la cazuela, y dejamos cocinar 20 minutos. Yo le dí la vuelta un par de veces a los muslos durante la cocción.

Pasado este tiempo, sacamos el pollo a un plato, descartamos los clavos de olor y la hoja de laurel, y reservamos el caldo resultante en un cuenco.

En la misma cazuela donde hemos guisado el pollo, añadimos otras dos o tres cucharadas de aceite de oliva, y tostamos la harina.

Incorporamos inmediatamente el caldo que teníamos reservado y removemos sin parar para que se ligue.

Batimos la leche con la yema y la incorporamos poco a poco a la cazuela, resultando una especie de bechamel cremosa con un fondo de cerveza deliciosa.

Introducimos los muslos de pollo en esta bechamel y dejamos cocinar sin tapar durante cinco minutos con el fuego al mínimo, para que se integren bien los sabores. Apagamos el fuego.

¡Y ya tenemos listos nuestros muslos de pollo a la cerveza!

Esta salsa pide a gritos un buen pan para mojarla sin parar y va muy bien acompañada de alguna hoja verde fresca. Yo he usado rúcula, porque el sabor picante de esta hoja me parece que le iba muy bien en contraste a la cremosidad de la salsa. Sandra en su receta recomienda patatas fritas como acompañamiento.

Espero que os haya gustado este recetón que le he afanado a Sandra Castro y os animo a que la probéis porque está buenísima.

¡Que aproveche, Calderer@s!