Hoy me he levantado nostálgica. No se si será el tiempo... pero ese continuo chipi chipi bajo un cielo encapotado desde primera hora de la mañana me ha traído muy buenos recuerdos... extensas praderas verdes llenas de ganado, altos picos cubiertos de nieve, agua corriendo... naturaleza en estado puro... Asturias.
Hace ya unos meses de mi visita a esta tierra conocida como "paraíso natural" pero aún conservo toda su esencia, tan cautivadora: su historia, su cultura, sus paisajes y como no, su gastronomía.
En la entrada de hoy hago un pequeño guiño a esta tierra, utilizando como ingrediente clave la principal bebida típicamente asturiana, la sidra natural, que se elabora desde hace siglos en la región.
La sidra es el producto resultante de la fermentación alcohólica del mosto de la manzana, obteniéndose la bebida con una graduación de aproximadamente 4,5º, vamos, casi como una cerveza.
Además, tomar sidra requiere un añadido especial: el escanciado. A diferencia de otras bebidas en las que el líquido se vierte directamente al vaso, la sidra asturiana se sirve haciendo caer un hilo de líquido de la botella desde una cierta altura de forma que al golpear el vaso “rompa la sidra” y se oxigene adquiriendo así características de una bebida con gas. ¡Ay cuántos culines de sidra me tomé yo en Asturias! Parece que no, pero allí sabe diferente, más auténtica, y si la acompañamos un buen queso cabrales o una fabadita calentita ya ni te cuento.
El plato de hoy no será tan contundente como unas fabes, pero no te dejará indiferente. El dulzor de las manzanas y la sidra compagina a la perfección con el pollo. ¿Abrimos una sidrita?
Ingredientes:
- 4 Contramuslos de pollo deshuesados
- 2 Manzanas verdes
- 1 Cebolla grande
- 2 Dientes de ajo
- 400ml Sidra natural
- 1 Cucharada sopera de maizena
- 2 Hojas de laurel
- Pimienta negra molida y en grano
- Perejil
- Aceite de oliva
- Sal
Elaboración:
- Salpimentamos los contramuslos y los incorporamos a una sartén grande con un chorrito de aceite previamente calentado. Doramos bien por ambos lados.
- Cuando haya adquirido un buen color añadimos la cebolla picada en cuadraditos pequeños, bajamos el fuego y dejamos que se rehogue unos minutos.
- Mientras, picamos bien unas ramitas de perejil junto con los ajos y los incorporamos a la sartén, mezclando bien con el pollo y la cebolla.
- Cuando la cebolla esté traslucida añadimos la sidra y con una cuchara de madera removemos y raspamos el fondo del sartén, para que se desprendan todos los jugos del pollo.
- Subimos el fuego para que entre en ebullición y luego lo bajamos a medio fuego para que se evapore el alcohol. Añadimos el laurel, la pimienta en grano y sal al gusto.
- Separamos un poco de caldo de cocción en un vaso, le añadimos la cucharada de maizena y removemos bien para que se disuelva sin grumos. Lo incorporamos a la sartén para que la salsa se espese un poco.
- Pelamos las manzanas, las cortamos en gajos más o menos gruesos y las añadimos al sartén.
- Dejamos cocer a fuego medio todos los ingredientes hasta que el pollo esté tierno y las manzanas guisada.
- Rectificamos de sal.
En esta ocasión he acompañado el pollo con unas papas fritas cortadas en rodajas y para decorar freí una rodaja de manzana, con rabito y todo, y ha quedado genial. ¡A la mesa!
Sencillo, rápido y rico rico, ¿qué más se puede pedir? ¡Ah! si, que nos sobre sidra para acompañar jeje... ¡Buen provecho!