Revista Cocina
Hacía tiempo que no probaba un pollo tan sabroso. El romero fresco que se lleva tan bien con las carnes rojas, en esta receta le da al pollo un sabor especial que me encantó.
No suelo triturar las salsas pero esta vez me pareció buena idea ya que después la dejé reducir y me gustó mucho el resultado.
Pan, pan y pan... eso es lo malo o... lo bueno.
Ingredientes:
- Muslos de pollo
- 1 cebolla grande
- 3 ó 4 dientes de ajo
- 3 cucharadas de tomate frito casero
- Medio vasito de Manzanilla
- 1 lata de cerveza
- Caldo o media pastilla de caldo concentrado.
- Romero fresco
- 1 hoja de laurel
- Pimienta negra en grano
- Perejil
- Sal
- Aceite de oliva
Elaboración:
Machacamos la pimienta negra en el mortero.
Quitamos la piel al pollo y lo salpimentamos un rato antes.
Preparamos la cazuela con aceite de oliva, los doramos y los reservamos.
En la misma cazuela, añadiéndole un poco más de aceite si fuese necesario, empezamos a sofreír los ajos y la cebolla muy picados. A temperatura medio-baja, sin prisas, hasta que estén blandos y dorados.
Agregamos el tomate frito, el romero y el laurel. Removemos y volvemos a poner los muslos de pollo con la manzanilla.
Dejamos rehogar un par de minutos. Cubrimos con la cerveza y el caldo. Tapamos y cocinamos 3/4 de hora aproximadamente.
Sacamos los muslos, el romero y el laurel y trituramos con la batidora.
Seguimos cociendo hasta que la salsa tenga un aspecto suave y dorado. Volvemos a poner el pollo, perejil picado y esperamos unos diez minutos más.