La semana pasada que estuve en la aldea saqué mi olla ferroviaria a pasear al jardín y preparé un pollo en salsa sin manchar la cocina y sin olores en la casa, que gustazo. Y para remate con un pollo campero pero campero de verdad. Pusimos dos huevos a la gallina kika el año pasado cuando se quedó clueca y salieron dos pollos, parecían hembras pero no, uno resultó ser macho así que dos gallos en un mismo gallinero no da lugar. Y que pasó? pues lo que tenía que pasar, que al día siguiente cuando me levanté mi marido le había dado matarile, así que al día siguiente estaba listo para consumir. Un pollo que más sano imposible, sin tratar con nada de nada. Nos supo a gloria. Aquí os lo muestro pero ya guisado, para que no os dé pena jeje
INGREDIENTES
-un pollo campero troceado
-tres dientes de ajo
-media cebolla
-un ramillete de tomillo fresco
-medio vaso de vino blanco
-medio vaso de agua
-dos hojas de laurel
-aceite de oliva y sal
PREPARACIÓN
Limpiamos bien los trozos de pollo de grasa y los colocamos en un cuenco amplio. Ponemos sal, pimienta y el ramillete de tomillo deshojado. Ahora una cucharada de aceite y lo mezclamos todo con las manos. Lo dejamos macerar un rato.
En una cazuela ponemos seis cucharadas de aceite y cuando esté caliente ponemos el pollo a freír y los ajos enteros y pelados. Cuando esté dorado le damos la vuelta y dejamos dorar bien por todos lados.
Ahora echamos la cebolla picada muy fina. Movemos y dejamos que se haga unos minutos.
Echamos las hojas de laurel, el vino y meneamos la cazuela. Ahora vertemos el agua y ponemos sal.
Dejamos cocer a fuego suave veinte minutos. En una sartén mediana ponemos abundante aceite y cuando esté caliente ponemos unas patatas pequeñas a freír o si son más grandes en tacos no muy pequeños.
Las dejamos freír cinco minutos. Las sacamos y las echamos en la cazuela.
Dejamos cocer otros quince minutos. Presentamos el guiso en una fuente alargada.