Hace muchos años, durante el tiempo que viví en el Reino Unido, la cocina india se convirtió en una de mis favoritas. Debido a la colonización de parte de la India por el Imperio Británico, los restaurantes de comida india son tan abundantes en el Reino Unido como en España los bares (o casi). Hay ciudades en las que no hay calle que no tenga, al menos, uno.
Por suerte, como lo tenía tan fácil, cada semana disfrutaba de ella. Lamentablemente, mi regreso a España cortó de pleno esta costumbre. Los restaurantes indios no abundan en nuestro país y, los que hay, están adaptados al paladar y costumbres de los españoles. De los muchos que he probado, puedo contar con los dedos de una mano aquellos en los que merece la pena gastarse los euros.
Ante tal panorama, me animé a preparar mis platos favoritos de la cocina india en casa. He de decir que tardé en lanzarme porque la cosa me imponía sobremanera, pero los miedos desaparecieron tras preparar el primer pollo tikka masala. Hoy en día, son muchos los platos indios que he incorporado a mi repertorio familiar. El pollo korma, de suave sabor y matices asombrosos, es uno de ellos.
Perfecto para quienes no han catado jamás la comida india, os animo a que lo elaboréis. No os echéis para atrás al ver tanto ingrediente en la lista, pues la mayoría de ellos son especias. No os costará encontrarlas, ni tampoco os costará esfuerzo preparar el pollo korna. A cambio, tendréis un plato diferente, aromático y exótico con el que daros un capricho y animar una comida o cena cualquiera.
Necesitamos
- 1 kg de pechuga de pollo, sin piel y troceada
- 1 cucharada de jengibre fresco, rallado
- 3 dientes de ajo, picados
- 150 grs de yogur natural
- 2 cebollas, picadas
- 1 guindilla de cayena, sin semillas
- 1 cucharada de aceite de girasol
- 1 cucharada de cilantro molido
- Una pizca de pimienta negra molida
- 1 cucharadita de cúrcuma
- 1 cucharadita de garam masala
- 75 grs de leche de coco
- 2 cucharadas de almendra molida
- Zumo de medio limón
- Sal
- Cilantro fresco y almendras laminadas, para decorar
Adobamos el pollo en la mezcla de jengibre, ajo y yogur. Dejamos reposar en la nevera durante 12 horas.
Trituramos la cebolla picada y la guindilla. Queremos conseguir una pasta de modo que añadimos algo de agua si lo consideramos necesario.
Calentamos el aceite en una cacerola amplia y tostamos el cilantro molido, la pimienta negra, la cúrcuma y el garam masala durante un minuto a fuego suave. Transcurrido este tiempo subimos la intensidad del fuego y añadimos la pasta de cebolla y guindilla. Rehogamos durante 10 minutos removiendo de vez en cuando para evitar que se agarre al fondo de la cacerola.
Incorporamos el pollo junto con su adobo y rehogamos otros 10 minutos.
A continuación agregamos la leche de coco y agua suficiente para cubrir el pollo (no más). Llevamos a ebullición y agregamos la almendra molida. Bajamos el fuego, tapamos la cacerola y dejamos cocer a fuego suave hasta que el pollo esté tierno (aprox. 30 minutos).
Retiramos del fuego, agregamos el zumo de limón y sazonamos al gusto. Mezclamos bien y servimos acompañado de arroz basmati, espolvoreado con cilantro fresco y almendras laminadas tostadas.