Esta tenía que ser la última entrada del 2014, pero los últimos días del año fueron una auténtica locura y no he podido terminarla hasta hoy... Ni siquiera pude dejaros por aquí un mensajillo para felicitaros las fiestas ¡cachis! Aunque si os pasasteis por la página de Facebook pudisteis ver alguna cosilla... :)
Me dio rabia porque pasaron las primeras fiestas casi sin enterarme. Este año he sentido poco yuyu navideño y el cambio del año ha llegado sin previo aviso... Así que no llegué a tiempo para mensajes navideños, ni últimas reflexiones del año (¡con lo que me gusta acabar así el año!), ni lista de nuevos propósitos...
Pero, aunque sea en la recta final de las fiestas, no quería quedarme sin deciros que espero que las estéis disfrutando muchísimo, tanto por la compañía de los que tenéis a vuestro alrededor como por la rica comida que compartáis ;). Y también espero que este 2015 venga llenito de muchas cosas buenas y podamos seguir compartiendo muchísimas recetas. Por que somos un montón ¡y esto tiene que seguir creciendo! ;)
Así que este año, supongo que por intentar aumentar mi yuyu navideño, me empeñé en preparar algunas de las recetas más típicas para esta época. Desempolvé mi lista de "recetas pendientes" y me lancé a probar... ¡los polvorones!Ya los he hecho tres veces estas navidades y dudo mucho de que los vuelva a comprar en el súper, no os digo más jaja. Son tan fáciles de hacer y están tan ricos que merece la pena invertir una hora en hacer estas delicias. Además, salen un montón por lo que con una hornada (o dos... ejem...) puedes tener cubiertas gran parte de las fiestas, por que están tan buenos que gustarán a todo el mundo.
No os lo penséis más y preparad vuestros propios polvorones ¡todavía estáis a tiempo para dejárselos a los Reyes Magos! ;).
Ingredientes (para 27 unidades)
- 125 gr. de manteca de cerdo
- 10 gr. de mantequilla
- 250 gr. de harina
- 75 gr. de azúcar glass + otro poco para espolvorear por encima
- 60 gr. de almendra molida cruda
- 1/2 cucharada pequeña de canela en polvo
- 1 pizca de sal
- 1 cucharada sopera de anís (optativo)
Pon a precalentar el horno a 180ºC.
Extiende la harina y la almendra molida sobre una bandeja, métela al horno y deja que se tuesten durante 15 minutos aproximádamente, hasta que ambas tengan un ligero tono tostado, removiendo de vez en cuando para que se hagan por igual. Procura que no se tuesten demasiado, ya que si no el polvorón amargará.Pasado este tiempo, retira la bandeja del horno y deja que la harina se enfríe.
Una vez que esté fría, sobre la misma bandeja o en una superficie lisa, junta la harina y la almendra y añade el resto de ingredientes. Comienza a amasar con la palma de las manos para mezclar los ingredientes. En diez minutos aproximádamente la masa pasará de una especie de copos sueltos a otra más homogénea, aunque algo quebradiza. Cuando puedas hacer una bola con la masa, estará lista.
Para trabajar mejor te recomiendo que cojas la mitad de la masa y hagas una especie de churro con un diámetro de unos 3 - 4 cm. Córtalo en rodajas, más o menos anchas, según el tamaño que quieras para tus polvorones. Nosotros los hicimos con trozos de unos 20 gr. ya que no nos gustan muy grandes.Pon sobre la bandeja del horno un papel vegetal para cocinar. Con cada trozo de masa haz una bola, aplástala un poco dándole la forma que más te guste y ponla sobre el papel de la bandeja. Repite estos pasos con el resto de la masa.
Mete la bandeja en el horno unos 10 minutos con calor arriba y abajo y termina la cocción con 2 minutos de grill para que acaben teniendo un tono dorado. Vigila los polvorones durante el horneado ya que según el tipo de horno puede que tarden menos tiempo en dorarse y si nos pasamos se pueden hacer demasiado y amargar.
Pasado este tiempo retira la bandeja del horno, espolvorea un poco de azúcar glass por encima y deja que se templen para que se compacten un poco. Pásalos a una rejilla para que acaben de enfriarse y, si los quieres más dulces, puedes espolvorear más azúcar o pasar la parte superior de cada uno por un cuenco con azúcar glass hasta cubrirlo por completo.Puedes empaquetarlos individualmente con papel de seda o guardarlos directamente en una lata de metal. Se mantienen en perfecto estado durante una semana aproximádamente (aunque es difícil que duren tanto jeje).