Si os gusta la panadería y la repostería casera… seguid leyendo. Y, si no, también, ya que hoy os vamos a hablar de la importancia de contar con una rejilla enfriadora entre nuestros utensilios de cocina, y cuál es su función principal.
El uso principal de una rejilla suele ser el de enfriar masas una vez han salido del horno. Como veis, aquí el campo es muy amplio, ya que se puede utilizar para bajar la temperatura de unas magdalenas o unas cupcakes, hasta un pan o una masa de pizza, e incluso unas galletas, unos croissants o una tarta. ¿Por qué es tan imprescindible en nuestra cocina? Porque una vez las masas horneadas se posan sobre esta rejilla, se consigue que salga todo el vapor, evitando así que se humedezcan y, por tanto, hace que queden crujientes.
Se consigue que salga todo el vapor de la masa, evitando así que se humedezca y, por tanto, hace que quede crujiente
Obviamente nos sirve también una rejilla de horno (que esté fría) colocada sobre algún soporte en ambos lados, y dejando unos milimetros de diferencia con la mesa o encimera. La otra opción es contar con una rejilla específica, que se diferencia de la normal con unas pequeñas patas en los extremos (por lo que no habría que colocar nada debajo). Si sois especialmente aficionados a la repostería o a la panadería, os recomendamos que os hagáis con una de estas: bien rectangular bien redonda.