Cuando llegamos a una edad en la que inevitablemente hacemos un repaso de lo que ha sido y es nuestra vida, muchos, entre los que me encuentro, empieza a considerar, no sé si llevados por un cierto pesimismo o por una repentina claridad, que su vida ha sido y es una MIERDA, en la que cargados de responsabilidades de todo tipo, no ha podido vivir y que la malgastado de una manera incomprensible, porque a eso no se le puede decir vida. Uno, se va mintiendo así mismo, a lo largo del tiempo, de una manera piadosa, llamando felicidad a cualquier cosa, donde surge algún acontecimiento que te saca momentáneamente de la rutina más soporífera. Que, salvo a los asuntos familiares como todo los relacionados con los hijos, donde a uno se le hincha el pecho de orgullo y satisfacción, de verdad, el ver como se están realizando, tanto personal como académicamente, en personas de bien. Pero claro, todo ello está muy bien y es nuestra REPONSABILIDAD y la asumimos, pero, creo que todos deberíamos tener un "huequecito" para nosotros y no tener que llegar a la conclusión citada en un principio. Es muy duro, el día a día, donde casi todo son problemas, donde estamos tan pendientes de intentar taponar las ligeras fisuras que van surgiendo, que nos olvidamos de nosotros mismos. Yo no sé, si merece la pena todo esto, porque cuando termina todo y te recogen los "bolicheros", todo el mundo dirá " con lo bueno que era". ¡¡Y una mierda!! deberían de decir "Ahí va un capullo, que murió, sin vivir, preso de su cobardía y responsabilidades" ¡¡que se vaya al carajo!!. Seguramente me arrepienta de ello, igual hoy lo veo todo negro, igual es que me estoy haciendo viejo, o igual es que me estoy viendo frente al espejo, con un incalificable bañador estampado por la rodilla, pero, tengo que reconocerlo, con un poquito de menos angustia.
Gracias amigos por seguir ahí, espero no haberlos deprimido, mucha salud y mucha suerte.