Revista Medio Ambiente

Poniendo puertas al campo

Por Davidalvarez
Poniendo puertas al campo
La especie humana tiene la fea costumbre de marcar su territorio, delimitarlo, parcelarlo y cerrarlo para que todos los demás individuos (de su especie o de otra) tengan bien claro que eso es suyo. Se apropia de campos, montañas, ríos y mares y no le vale con dejar una marca temporal (como hacen otros animales), el hombre es capaz de gastar ingentes cantidades de dinero y de tiempo en construir muros, cercados y empalizadas, muchos de los cuales durarán mucho mas que su propia vida. Y es capaz de matar por un metro mas o menos.
Poniendo puertas al campo
Algunas de esas estructuras son tan absurdas como la que separa las provincias de Asturies y Leon en las montañas de Ubiña. A más de 1800 metros de altitud varios kilómetros de vallado de madera, reforzado con varias filas de alambre de espino, cortan la campera  hasta las cumbres más altas. No me puedo hacer ni idea del tiempo que llevaría construirlo, ni de los árboles que se talaron para hacer todas esas estacas. Al final de lo que se trata es que las vacas de allí que son tuyas, no se coman la hierba de aquí que es mía.¿Y yo donde se supone que tengo que pacer?
Como decía Einstein, "sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana, y no estoy seguro de lo primero"

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