Parece que el populismo (según el DRAE, populista significa "Perteneciente o relativo al pueblo. Partido populista."), como bien refiere el NYTimes triunfa en algunos países, como Francia, y sorprende e inquieta en casi todos.
Se diría que en España es lo que sucede con Podemos. Una agrupación o partido que tiene pocos meses de vida y que los medios no se atreven a llamar "populista". Pero que por sus premisas y horizontes parece serlo. Solo que si es "de izquierdas", robando votos desencantados a IU, entonces es posible que "populista" no suene bien, porque lo normal (en los medios) es que los populistas sean siempre de "extrema derecha". Pero no de "izquierda", extrema o menos.
Quizá el programa de Podemos aclare algunas ideas comunistas y bolivarianas al respecto, aunque sea demasiado largo, ideológicamente dogmático (no dinero para sanidad y enseñanza no-estatal, aborto gratuito y libre, etc.), teórico, farragoso o equívoco (habla de "empleo decente", "una banca al servicio del ciudadano", etc.) e imposible de saber qué y cómo trataría de llevar realmente a cabo en cada epígrafe: qué sea una "renta básica universal" o qué suponga la "jubilación a los 60".
A pesar de sus alegaciones en contra, Podemos sin duda tiene sus raíces en una extrema izquierda que ha sabido hacerse con el movimiento del 15-M, y en las broncas de Pablo Iglesias en tertulias (algunas curiosas, dicen) de televisión.
De todos modos, como dice Internet Política (Podemos: un chaval con coleta que sale en la televisión), lo destacable ha sido el uso de la figura de un líder, conocido por sus polémicas televisivas y el aprovechar las redes digitales para aunar votos jóvenes y desencantados con la izquierda tradicional.
Quizá no se hable de populismo, vistos los cánones de corrección política de los medios, que no quieren parecer menos progresistas que las herencias periodísticas y de entretenimiento del viejo trotskista Jaime Roures. Herencias que parece han jaleado convenientemente y con agrado la promoción de Pablo Iglesias y de Podemos.
Frente a los viejos partidos y líderes políticos, que peleaban por hacerse con los medios, parece que ahora son algunos medios los que lanzan a líderes y organizaciones políticas. Veremos en qué acaba esta aventura. Populista de izquierda extrema.