Por el verde de Irlanda

Conor pass. Península de Dingle. Condado de Kerry.

Muchos años llevaba con ganas de visitar la isla esmeralda, Irlanda. Siempre me han venido a la memoria muchas de las películas allí rodadas y de los paisajes que se veían en la pantalla y por fin ha llegado el momento. Tenía ganas de ver los verdes, de ver el mar, ver los acantilados y las playas. Muchos me habían advertido de que no iba a encontrarme con algo muy diferente a lo que estoy acostumbrada, ya que al vivir en la costa vasca, me iba a resultar muy similar. Pero aún así, que no niego que tengan algo de razón, a mi me ha gustado.

Cerca de Brittas Bay. Wicklow

He recorrido toda la isla en aproximadamente dos semanas de este agosto haciendo una vuelta en sentido contrario a las agujas del reloj y comenzando desde Dublín (sin ver la ciudad) hacia el sur, luego hacia el suroeste, noroeste, norte, este y acabando de nuevo en Dublín y por supuesto que me han quedado muchas cosas sin ver, pues habría que dedicar mucho tiempo más. Fundamentalmente me he detenido en parajes naturales y he visitado muy pocos monumentos o castillos o museos. He visto todos los matices del verde, incluso del verde esmeralda y salpicado con miles de flores de muchos colores, amarillos, fucsias, rojos, morados, mucha y abundante vegetación, tanta que muchas veces impedía circular por las estrechas carreteras. Muestro algunas panorámicas de lugares por los que he transitado.

Por el verde de Irlanda