"La vanidad con la que el hombre hace su voluntad con los animales, es vivo ejemplo de las teorías racistas más radicales: el principio de que tener el poder, es tener la razón". Isaac Bashevis Singer, en su libro Enemigos, una historia de amor, 1972.
Documental Earthlings: "En un documental como este podemos ver el extremismo que hay dentro de un matadero, el extremismo que hay en un laboratorio de vivisección, la cosificación que hay de los animales en estos ámbitos de explotación... y hay personas que no podemos hacer eso con nuestras manos y hemos entendido que tampoco debemos hacerlo con nuestro dinero." Leonardo Anselmi
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¿QUÉ ES LA ÉTICA?
La Ética o Filosofía moral es una de las principales ramas de la Filosofía. En el diálogo La República, Platón (427-347 a.C.) pone en boca de Sócrates (470-399 a.C.) lo siguiente: “Cuando hablamos de moral no estamos hablando de una insignificancia, sino de cómo debemos vivir”, y no es para menos. Mientras que la ciencia describe cómo es la realidad material que todos compartimos[1] sin juzgarla, la Ética nos prescribe lo que debe ocurrir en la realidad y la juzga. Por ejemplo, mientras la ciencia nos describe la cantidad de potencia necesaria para que un determinado proyectil atraviese el cuerpo de alguien, la Ética nos prescribe la norma de que no se debe matar a los demás y juzga la violación de dicha norma. Ésta es la razón por la que la ciencia siempre debe estar subordinada a la Ética.
La antropología nos describe cómo son las diferentes culturas y sociedades humanas (relativismo cultural), cada una de ellas con sus propias normas morales que generalmente están basadas o influidas por normas religiosas. La existencia de diferentes normas morales enfrenta a unas sociedades y culturas contra otras, lo cual se traduce en conflictos personales, conflictos sociales y en guerras. Al contrario que lo que ocurre con las morales, la Ética deduce las normas mediante el razonamiento lógico que todos compartimos[1], lo cual lleva a la reducción de conflictos y a la unión personal, social y cultural.
Diferenciar entre cosas y personas
Algunas cosas materiales tienen una conciencia. La conciencia es un fenómeno emergente de la materia que permite la existencia de sufrimiento y disfrute, así como intereses respecto a dichas experiencias. Cuando algo material tiene una conciencia decimos que es alguien.
Una característica esencial de la Ética es diferenciar entre cosas y personas, pues se las debe dar un trato diferenciado. Mientras que es éticamente correcto que las cosas sean usadas para satisfacer los intereses de las personas, no ocurre lo mismo cuando una persona es tratada como si fuera una cosa. ¿Qué criterio debemos utilizar para diferenciar una cosa de una persona? Debemos prestar la máxima atención a esto, pues si utilizamos un criterio erróneo entonces habrá personas a las que trataremos como si fueran cosas, es decir, las estaremos discriminando arbitrariamente.
El antropocentrismo establece que el criterio que diferencia a las cosas de las personas es la pertenencia a la especie humana, por eso en los diccionarios antropocentristas aparece reflejada la equivalencia entre humano y persona. La creencia antropocentrista tiene un origen religioso, según la cual un «dios» o ser imaginario «creó» a los humanos a su imagen y semejanza, y puso al resto de su «creación» al servicio de estos (Génesis 1:26-27). Miles de años de adoctrinamiento y tradición han hecho que la creencia antropocentrista esté fuertemente enraizada en la sociedad, incluso entre ateos. Algunas religiones incluso llegaron a defender que el criterio para ser persona era «ser dios» (teocentrismo), de esta manera el emperador-dios y sus secuaces podían asesinar a humanos para ejercer un mayor dominio sobre la población. A veces los antropocentristas intentan aparentar que no usan simplemente el criterio religioso de «la especie elegida» y para ello apelan a alguna característica que supuestamente diferencia a «todos» los humanos de quienes no son humanos. Además de no existir ninguna característica poseída por todos los humanos, su existencia no sería una razón para justificar el abuso contra quienes no la poseyeran.
Por lo tanto, si la pertenencia a una determinada especie, en este caso la especie humana, no es el criterio que nos sirve para diferenciar las cosas de las personas ¿cuál es el criterio correcto? ¿por qué no deben tratarnos como si fuéramos, por ejemplo, un trozo de madera? La respuesta es sencilla: las personas tienen intereses, en cambio las meras cosas no los tienen. Los intereses existen porque existe una conciencia en la que se puede sufrir y disfrutar: las personas tienen el interés de no sufrir y el interés de disfrutar. Considerar esto éticamente es a lo que llamamos sensocentrismo. El sensocentrismo establece sin lugar a dudas que el criterio que diferencia a las cosas de las personas es la existencia de una conciencia.
La paradoja del antropocentrismo es que la única manera para poder defender racionalmente a todos los humanos es defendiendo intereses, tanto de humanos como de quienes no son humanos. Si se excluyen los intereses de quienes no son humanos, si se les considera cosas, entonces el grupo de personas será elegido arbitrariamente: humanos, compatriotas, hombres, blancos, heterosexuales, ricos, familiares, uno mismo... y ésta es precisamente la mentalidad arbitraria, irracional, de las actuales sociedades humanas, los injustos resultados que produce saltan a la vista: violencia y guerra.
Para acabar con la injusticia que produce la arbitrariedad debemos ser justos, y ello comienza teniendo en consideración los intereses de todos los demás, según el principio de igual consideración de intereses.
¿QUÉ ES EL ESPECISMO?
Decir que "los humanos deben ser respetados porque son humanos" es no decir nada, es una ética hueca. Los humanos deben ser respetados porque, al tener capacidad para sufrir y disfrutar, tienen intereses: cada humano es alguien a quien podemos perjudicar o beneficiar, no es una mera cosa. Resulta que quienes no son humanos también tienen intereses, tampoco son sólo cosas. Perjudicar a alguien porque es de otra especie es una discriminación arbitraria llamada especismo[0]. El especismo es un término acuñado por el psicólogo Richard D. Ryder en 1970. El especismo es tan absurdo como decir que si extraterrestres pacíficos visitaran el planeta Tierra no deberíamos respetarlos por ser estos de otra especie. Independientemente del marco normativo que defendamos (deontologismo, consecuencialismo, ética de la virtud, etc.) ninguno de ellos escapa a la crítica antiespecista: el especismo es una incoherencia, en el mismo sentido que es una incoherencia el racismo, el sexismo y cualquier otra discriminación arbitraria que imaginemos.
¿QUÉ ES EL VEGANISMO?
El rechazo al especismo nos lleva a vivir de manera que también evitemos perjudicar a quienes no son humanos, rechazando el uso y consumo de productos de origen animal en todos los ámbitos: alimentación, vestimenta, ocio, etc. Esta práctica se llama veganismo y quienes la practican son veganos. El veganismo fue creado por Donald Watson en 1944, aunque sus principios filosóficos ya estaban presentes en culturas milenarias como la jainista. Donald Watson creó el veganismo debido a una motivación ética hacia los animales sintientes, tal y como puede leerse en el número 1 de la publicación "The Vegan News", en 1944[1]:
"Podemos ver claramente como nuestra civilización actual está basada en la explotación de animales de la misma manera que las civilizaciones del pasado estuvieron fundadas en la explotación de esclavos, y creemos que el destino espiritual del ser humano conducirá a que en el futuro contemplaremos con horror el hecho de que el hombre se alimentó de productos hechos con los cuerpos de otros animales." Donald Watson, "The Vegan News", nº1, 1944.
¿PODEMOS SER VEGANOS?
Los humanos son animales mamíferos pertenecientes a la especie Homo sapiens[2]. Si los humanos SON omnívoros[3] entonces eso quiere decir que estos PUEDEN obtener nutrientes tanto de fuentes de origen animal como de fuentes de origen vegetal, no que DEBAN obtenerlos de ambas fuentes para estar sanos.
Afortunadamente, la ciencia de la nutrición afirma que la alimentación vegetariana (sin productos de origen animal) es saludable, nutricionalmente adecuada para todas las etapas del ciclo vital, y proporciona beneficios para la salud en la prevención y el tratamiento de determinadas enfermedades[4]. Este hecho se suma a la evidencia empírica de millones de veganos que llevan vidas saludables; incluso existen deportistas profesionales que son vegetarianos estrictos[5]. Por lo tanto, es un hecho que podemos alimentarnos sanamente sin frustrar los intereses básicos de otros animales sintientes. Igualmente, podemos vivir perfectamente sin frustrar los intereses básicos de los demás para vestirnos, para divertirnos, etc. Es un hecho que podemos vivir de manera vegana.
¿POR QUÉ EXISTE TANTA VIOLENCIA?
Tal vez, los humanos hemos llegado a la situación que estamos por haber sido unos monos asesinos. La violencia de los pueblos cazadores originarios fue racionalizada y perfeccionada mediante la domesticación de quienes no son humanos y mediante la esclavitud humana. A mediados del siglo XVIII y principios del siglo XIX, el capitalismo, mediante la Revolución Industrial, perfeccionó esa misma violencia aún mucho más, siendo hoy en día la granja industrial su ejemplo por excelencia.
Mediante la violencia, quienes no son humanos son explotados y matado para satisfacer los placeres humanos. Este modelo e ideología esclavista también fue usado en el pasado contra humanos y aún existe en la actualidad, por ejemplo, en el trabajo bajo condiciones de esclavitud. Este modelo es la lucha amo-esclavo: el amo tiene el interés de beneficiarse lo máximo posible de sus súbditos para mantener su estatus de poder y así satisfacer sus placeres, mientras los súbditos luchan por hacer prevalecer sus derechos frente al amo. La razón por la cual los súbditos no hacen prevalecer su mayoría sobre el amo es ideológica, puesto que los súbditos han sido adoctrinados culturalmente para que piensen y sientan como si fueran amos, y a desear ese estatus sobre otros súbditos; son víctimas de una hegemonía cultural que aprovecha el lado menos racional del ser humano para disolver sus intereses en una masa de confusión, intereses vanos e hipocresía moral. No hay una lucha de clases, sino depredación de unos contra otros. La falta de ética hacia quienes no son humanos es la base fundamental en la que se apoya la ideología injusta y violenta que domina las sociedades humanas.
"No se necesita una persona mala para servir en un mal sistema. La gente común se integra fácilmente en sistemas malévolos." Stanley Milgram
"La mayoría de nosotros no piensa en nuestra cultura como una cultura arriera. Si miramos a nuestro alrededor, vemos más que todo carros, caminos, suburbios, ciudades, y fábricas, y mientras que hay enormes predios cultivados de granos, y ganado pastando en el campo, no nos damos cuenta que casi todo el grano se cultiva como alimento para animales de producción, y que la cantidad casi imposible de millones de aves, mamíferos, y peces que consumimos están confinados fuera de nuestras vista en enormes campos de concentración llamados “crianza intensiva”. Aunque no es tan obvio para nosotros hoy en día como lo fue para nuestros antepasados hace unos miles de años, nuestra cultura es, como lo fue la de ellos, esencialmente una cultura "arriera", organizada alrededor de poseer y "cosificar" animales, y comerlos." (seguir leyendo...)
Psicopatía y patocracia
Robert Hare estima que el 1% de la población es psicópata. (Link)
La idea que tenemos sobre los psicópatas nos ha llegado a través del ejemplo extremo de los asesinos en serie, pero la realidad es que sólo una minoría de psicópatas llegan a asesinar, la gran mayoría pasan desapercibidos para quienes no sufren su personalidad maligna. El prestigioso psicólogo criminalista Robert D. Hare estima que un 1% de la población es psicópata -otras estimaciones llegarían hasta un 6%. Los psicópatas han nacido sin la capacidad para empatizar con el sufrimiento ajeno y sentir compasión. Para el psicópata los demás individuos sintientes sólo somos medios mediante los cuales satisfacer sus intereses: cosifican a los demás. No tiene cura: la tomografía por emisión de positrones y la imagen por resonancia magnética (MRI) muestran la actividad del cerebro ante determinados estímulos; los estímulos relacionados con las capacidades de empatía se encuentran ausentes en el lóbulo prefrontal del cerebro en el caso de los psicópatas. Otros tests para diagnosticar la psicopatía son la Psychopathy Checklist (PCL) y la Psychopathy Checklist-Revised (PCL-R). Un psicópata nunca vivirá de manera vegana por su propia voluntad pues ello limitaría, por ejemplo, sus intereses gastronómicos, de ocio, etc. aunque podría disimular con la finalidad de engañar o de adaptarse a un mundo vegano tal y como hoy la mayoría de psicópatas evaluan las consecuencias judiciales antes de satisfacer sus intereses; pero nunca será sensocentrista. Para ampliar información puedes visitar la sección: El humano violento.
Documental "The Corporation ¿instituciones o psicópatas?" (Link)
Pero la existencia de psicópatas no es lo más peligroso, pues son minoría, lo más peligroso es su ideología, reflejo de su carácter, pues esta ideología puede ser seguida por quienes no son psicópatas. El psiquiatra polaco Andrew M. Lobaczewski ha estudiado las causas de los periodos cíclicos de la injusticia social en un estudio interdisciplinario al que ha denominado ponerología, el cual hace uso de datos de la psicología, la psicopatología, la sociología, la filosofía y la historia para explicar tales fenómenos como la guerra de agresión, la limpieza étnica, el genocidio y los estados policiales. En su libro Ponerología política: Una ciencia de la naturaleza del mal ajustada a propósitos políticos habla sobre cómo los psicópatas -y su forma de razonar- cíclicamente se abren camino y llegan a la "cima" de la sociedad, pudiendo culminar ésta en una patocracia:
▼▲ Mostrar/Ocultar el texto"Durante los buenos tiempos, la gente pierde noción de la necesidad de pensar, de introspección, del conocimiento de los demás, y de la comprensión de la vida. Cuando las cosas van “bien”, la gente se pregunta si vale la pena ponderar la naturaleza humana y los trastornos de la personalidad (la propia o la de otro). En los buenos tiempos, generaciones enteras pueden crecer sin entender el significado creativo del sufrimiento, ya que nunca lo han experimentado personalmente. Cuando todos los placeres están ahí para ser tomados, el esfuerzo mental y las leyes de la naturaleza -para adquirir conocimiento que puede no estar directamente relacionado con la acumulación de objetos materiales– parece una labor sin sentido. Tener una “mente saludable” y positiva –un buen deporte sin nunca una palabra de desaliento– es visto como algo bueno, y a cualquiera que prediga graves consecuencias como resultado de tal despreocupación se lo trata de aguafiestas.
La percepción de la verdad acerca de la realidad, especialmente un verdadero entendimiento de la naturaleza humana en todas sus facetas y permutaciones, deja de ser una virtud que haya que adquirir. Las personas pensantes que dudan son “entrometidos” a quienes es mejor dejar vivir solos. “No lo repares si no está roto”. Esta actitud lleva a un empobrecimiento del conocimiento psicológico, incluyendo la capacidad de diferenciar las propiedades de la naturaleza humana y la personalidad, de la habilidad de moldear mentes sanas creativamente.
El culto al poder suplanta así los valores mentales y morales, tan esenciales para mantener la paz a través de medios pacíficos. El enriquecimiento o la involución de una nación en lo que concierne su visión psicológica del mundo podrían ser considerados como un indicador para saber si el futuro será bueno o malo.
En esos tiempos, la búsqueda de un sentido a la vida, de la verdad de nuestra realidad, se torna incómoda porque revela factores poco prácticos. La eliminación inconsciente de datos que son o que parecen ser inadecuados comienza a ser algo habitual, una costumbre aceptada por sociedades enteras. El resultado es que cualquier proceso de pensamiento basado en dicha información troncada no puede traer conclusiones correctas. Esto conlleva luego a la substitución de mentiras cómodas hacia sí mismo, para remplazar verdades incómodas acercándose de ese modo a los límites de fenómenos que deberían ser vistos como psicopatológicos."
(...)
"Cuando llegan los malos tiempos y la gente se siente abrumada por un exceso del mal, deben juntar toda su fuerza física y mental para luchar por la existencia y para proteger la razón humana. La búsqueda de alguna forma de salir de las dificultades y peligros reaviva poderes enterrados hace tiempo, o discreción. Tales personas tienen la tendencia inicial de apoyarse en la fuerza para poder contrarrestar la amenaza; puede ser que, por ejemplo, se conviertan en “gatillos fáciles” o que se vuelvan dependientes de las fuerzas armadas. Lenta y laboriosamente, sin embargo, descubren las ventajas otorgadas al esfuerzo mental: un entendimiento más avanzado de las situaciones psicológicas en especial, una mejor diferenciación de caracteres humanos y de la personalidad, y finalmente, la comprensión de sus propios adversarios. Durante esos tiempos, virtudes que generaciones pasadas relegaron a temas literarios recobran su verdadera y útil sustancia y son apreciadas por su valor. Se le tiene mucho respeto a una persona sabia capaz de proveer un consejo sólido.
Pareciera que ha habido muchos de esos “tiempos malos” en el transcurso de la historia de la humanidad. Y fue durante tales tiempos que se desarrollaron los grandes sistemas de ética. Desafortunadamente, durante los “buenos tiempos” nadie quiere oír nada acerca de eso. Quieren “disfrutar” de las cosas, obtener placer y experiencias placenteras, y entonces cualquier libro que se relacione con aquellos tiempos se pierde, se olvida, se lo suprime o de lo contrario es ignorado. Esto conduce a una mayor degradación del uso del intelecto y deja espacio para que los tiempos malos vuelvan una vez más." Andrew M. Lobaczewski
La teoría y investigación original fueron realizadas por psicólogos y psiquiatras trabajando en Polonia, Checoslovaquia y Hungría durante los años antes de la institución del comunismo, como Kazimierz Dabrowski y Stefan Blachowski. Las investigaciones realizadas por Andrew M. Lobaczewski sobre psicopatía y patocracia han tenido continuidad y difusion de la mano de sus seguidores Laura Knight-Jadczyk y Henry See. Para evitar que el Estado se convierta en una patocracia, la Constitución debería prohibir que psicópatas accedan a puestos de poder y promover la educación sensocentrista para que los valores psicópatas no se propaguen en una sociedad ética y emocionalmente incauta. Para ampliar información puedes visitar la sección: La sociedad violenta.
"El mundo es un lugar peligroso. No por causa de los que hacen el mal sino por aquellos que no hacen nada por evitarlo". Albert Einstein
"Lo único necesario para el triunfo del mal es que los buenos no hagan nada". Edmund Burke
La autocondena de los humanos
Millones de personas están sufriendo y siendo matadas mientras lees estas líneas. La indiferencia ante la frustración de los intereses básicos ajenos es uno de los mayores cánceres que existen en la sociedad, pues socialmente significa que, excepto uno mismo, los demás no valen nada, siendo éste el caldo de cultivo para la expansión de la injusticia y de la violencia que conducen finalmente a la guerra. Ésta actitud de dar la espalda a la realidad y a la Ética es la causa raíz que condena a los humanos:
"La verdadera prueba de la moralidad de la humanidad, la más honda (situada a tal profundidad que escapa a nuestra percepción), radica en su relación con aquellos que están a su merced: los animales. Y aquí fue donde se produjo la debacle fundamental del hombre, tan fundamental que de ella se derivan todas las demás". Milan Kundera, La insoportable levedad del ser, 1984
Matar a alguien es uno de los mayores maltratos que existen.
"Para aquellos cuya mente es libre, el sufrimiento de los animales representa incluso más intolerable que el sufrimiento de las personas. Porque con éste último se admite que el sufrimiento es maldad y que la persona que lo provoca es un criminal. Pero miles de animales son inútilmente sacrificados cada día sin una sombra de remordimiento. Si alguien plantea esta cuestión, es tratado como ridículo. Y ese es el crimen imperdonable: que sólo es válida la justificación de que la gente puede sufrir. Esto clama venganza contra la especie humana. Si Dios existe y lo tolera, clama venganza contra Dios". Romain Rolland
Para especular sobre el futuro puedes visitar la sección Profecías, esperanza y utopía.
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NOTAS Y REFERENCIAS
(1) RespuestasVeganas.Org: realmente no es un subgrupo marginal sino un subgrupo formado por millones de humanos. Por ello algunos autores como Óscar Horta prefieren llamarlo argumento de la superposición de especies.
[1] RespuestasVeganas.Org - Noticias veganas (Donald Watson, noviembre 1944)
[2] Argumento: "Los humanos no somos animales porque no evolucionamos de ellos, fuimos creados por Dios"
[3] Argumento: "Los humanos son omnívoros, por lo tanto, deben comer carne"
[4] Argumento: "La alimentación vegetariana estricta no es sana"
[5] Argumento: "Los vegetarianos estrictos son débiles, no hay deportistas que lo sean"
[6] Argumento: "El veganismo es puro moralismo. No existe lo bueno ni lo malo, tan sólo existen intereses relativos al sujeto"
[7] Argumento: "La principal característica moralmente relevante para mostrar respeto hacia los demás no es la capacidad para sentir"
[8] Argumento: "No hay nada malo en discriminar moralmente a los animales porque no son seres humanos"
[9] Argumento: "Todos los humanos..."
[10] Argumento: "Los animales no..."
[11] Argumento: "Los animales son diferentes a los humanos, por esta razón podemos explotarlos y asesinarlos para nuestro beneficio"
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